Luis del Pino: «Putin es un problema menor comparado con lo que es China»
Afirma en su último libro que Occidente está repitiendo los mismos errores que con Hitler
Luis del Pino (Madrid, 1962) es ingeniero de telecomunicaciones, pero ha hecho de la curiosidad su oficio. Dirige ‘Sin Complejos’ todos los fines de semana en Esradio , un programa casi de culto, donde sus enfoques buscan explicaciones profundas a lo que ... nos sucede.
Del Pino se hizo conocido por sus trabajos sobre el 11-M, pero ha mamado el periodismo desde casa puesto que su madre, Marichari González-Vegas , fue la primera mujer que entró en la plantilla de ABC allá por 1966. Aficionado a la historia, Del Pino ha publicado ‘La dictadura infinita’ (La esfera, 2022), un trabajo donde de forma amena reúne sus reflexiones sobre lo que le ocurre al mundo a la luz del pasado. Su primera afirmación no es para quedarse tranquilo: a su juicio, Occidente está evolucionando rápidamente hacia una sociedad autoritaria, cobarde y cansada de sí misma .
«Empecé a escribir tras la toma de Kabul, en el verano de 2021, pero es un libro al que le llevo dando vueltas unos diez años », explica. «Hay una mitad de la sociedad, la que se autodenomina progresista, que en un determinado momento llegó al convencimiento de que la otra mitad carece de legitimidad para gobernar porque son la encarnación del mal. En EE.UU. se ha visto claro. Ahora gobierna Biden. Pero cuando gobernaba Trump, al final hubo una deriva violenta con ‘Antifa’, el ‘Black Lives Matter’ y, a la inversa, los partidarios de Trump asaltaron en el Capitolio. ¿Hemos llegado al punto en que las posturas ya son irreconciliables porque una parte de la sociedad niega a la otra –o las dos se niegan mutuamente– el derecho a gobernar? Pues si es así, entonces se acabó la democracia».
Esta idea le hizo recordar lo que había leído sobre la d ecadencia de la república romana . «Y repasando las coincidencias resulta curiosísimo ver como determinadas situaciones se están repitiendo ahora. Entonces, ciertos principios constitucionales fueron decayendo y la competencia democrática se convirtió en una lucha por el poder. El recurso cada vez mayor a la violencia ya se vivió en la fase final de la república romana».
En su opinión, al igual que Roma, Occidente «ha entrado en decadencia justo después de haberlo ganado todo . Derrotó a la Unión Soviética en la Guerra Fría y, entonces, se desfondó y empiezan a aflorar las contradicciones internas. Lo mismo le pasó a Roma cuando derrotó a Cartago, su gran enemigo de la época».
Spengler y Toynbee
Del Pino escoge a dos historiadores del siglo XX que plantearon teorías «sistémicas» de la historia, Oswald Spengler, autor de ‘La Decadencia de Occidente’ , y Arnold Toynbee, que tomó la idea circular del nacimiento, auge y decadencia de las sociedades humanas, pero le añadió la dimensión tecnológica por lo que la historia no sería circular sino una espiral que se estira a lo largo del tiempo.
«Ellos dos son, creo, los que mejor y en primer lugar expusieron las teorías de que en realidad todas las civilizaciones son más o menos lo mismo: nacen, crecen y mueren. Ninguna es infinita, todas empiezan a decaer una vez que han alcanzado su mejor momento. Precisamente la diferencia entre Spengler y Toynbee es que éste último cree que sí hay esperanza de que las cosas no necesariamente se repitan. Toynbee toma las ideas de Spengler, pero las elabora a su manera, y termina sosteniendo que el destino no está escrito».
¿No cree que la pandemia o la invasión de Ucrania son buenas pruebas de que la historia no está escrita?
Creo que sí, que no tiene por qué no haber una salida de ese bucle infinito. De momento hubo un momento en que entramos en él: antes de la civilización minoica y de la sumeria, no había civilizaciones. ¿Por qué de repente aparecieron? Porque se produjo un avance técnico: se inventó la agricultura y empezó ese ciclo de nacimiento, ascenso y caída. Si un hallazgo tecnológico puso en marcha el proceso, ¿no es acaso posible que otro avance técnico rompa estos ciclos? Entraríamos en una era poscivilizada.
Al hilo de Spengler y Toynbee, Del Pino describe el gran error que cometió el Occidente democrático en la década de 1930 con la política de apaciguamiento. «Si ponemos la paz por encima de todo, los derechos humanos pasan a un segundo plano . Eso es lo que ocurrió con Hitler. Hoy estamos cometiendo los mismos errores. Entonces había un genocidio en Alemania y ahora lo hay en China, contra los uigures. ¿Cuál es la reacción de Occidente? Decirse que eso es un asunto interno chino, queremos convivir con China y hacer negocios con ellos. Lo mismo que nos decíamos con Hitler, pero China es infinitamente más peligrosa . Hitler era un régimen personalista, China tiene un sistema, un partido que es más que el Estado. Hitler recurría al militarismo y la expansión como manera de afirmarse. China es una civilización que tiene muchísimo tiempo».
¿Y Putin?
Putin en realidad es un problema menor comparado con China. Es un sanguinario, un dictador y viendo las noticias que llegan, un criminal de guerra, pero carece de la fuerza de China. Su régimen es personalista. No tiene la estructura de estado totalitario que tenía la URSS y que China sí ha perfeccionado. Occidente ha cometido con el líder ruso los mismos errores que con China. A Putin se le podría haber puesto en una situación tal que él mismo hubiera tenido que recurrir a la única alternativa seria que era evolucionar hacia un sistema liberal. Pero Occidente se ha dedicado a rearmarlo. Cuando le entregamos la llavecita del gas, quedamos a su merced.
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