ARTE
La foto, casi documental, casi escenificada, de Jeff Wall
LISBOA
Primera gran retrospectiva en Portugal de este gran representante de la fotografía conceptual, con el MAAT lisboeta como escenario de un montaje riguroso y certero
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No todos los días tiene uno la oportunidad de asistir a una visita guiada de la obra de una figura referencial de la foto contemporánea que sea hecha por el propio artista. Este ha sido el caso de la exposición que Jeff Wall ( ... Canadá, 1946) acaba de inaugurar en el MAAT (Museo de Arte, Arquitectura y Tecnología) de Lisboa, y en la que el fotógrafo de Vancouver nos ha brindado de primera mano algunas interesantes visiones sobre su trabajo.
'Jeff Wall: Time Stands Still' es la primera individual de su obra en Portugal, y también una de las más completas en Europa. Comprende un total de 63 fotos (una cifra muy notable, dadas sus especiales características formales), que abarcan un amplio registro temporal, de 1980 hasta 2023. Quiero hacer una mención especial al excelente montaje, nada sencillo habida cuenta del singular, espléndido –y difícil– espacio arquitectónico del museo, y que se ha hecho en estrecha colaboración entre el propio artista y su comisario Sergio Mah, subdirector de esta institución.
Indudablemente se trata de una de las figuras más prestigiosas y reconocidas de la fotografía contemporánea, y, con toda probabilidad, el miembro más destacado de la llamada Escuela de Vancouver, que cuenta también con otros importantes nombres como Rodney Graham o Ken Lum. Seguramente su principal seña de identidad creativa en la que es todo un pionero son una serie de fotografías a gran escala, montadas en cajas de luz retroiluminadas, meticulosa y cuidadosamente escenificadas.
Asimismo es característico de su trabajo la personal interacción que muestran entre foto, pintura, cine y arte conceptual. De hecho, las escenas que representa nos recuerdan en gran medida a los fotogramas cinematográficos e igualmente a las pinturas de Historia. En sus composiciones, se puede detectar diversas influencias, desde artistas como Velázquez, Delacroix, Manet o Hokusai, hasta cineastas de la talla de Jean-Luc Godard y Michelangelo Antonioni.
Sumergirse en los formatos
Los grandes formatos, en ocasiones superiores a los dos metros de ancho, parecen invitar-incitar al espectador a sumergirse en ellos para convertirse en parte de la obra. Los habituales colores vibrantes que emplea –aunque también pueden verse piezas en blanco y negro–, una iluminación muy estudiada y unos encuadres muy personales y calculados le sirven para potenciar los –supuestos– aspectos realistas de cada imagen. Por otra parte, el concurso de las cajas de luz obviamente resalta sus cualidades luminosas, proporcionando unas reconocibles experiencias visuales muy vivas y con un evidente aroma teatral.
En sus trabajos, el fotógrafo canadiense nos plantea unas situaciones aparentemente cotidianas, incluso a veces banales, pero que, sin embargo, esconden capas ocultas de significado, en las que el arte, la literatura o la filosofía juegan un papel sutil pero fundamental, y que las convierte en escenas que también pueden ser calificadas de extraordinarias. Nos ofrece entornos urbanos, interiores domésticos, situaciones típicas de las sociedades contemporáneas: soledad, alienación, pobreza, violencia y ostracismo, entre otras lindezas, y una serie de gestos y guiños cómplices que desvelan estados emocionales, psicológicos o sociales complejos y ciertamente ambiguos.



El proceso creativo es igualmente muy personal. Todas sus imágenes están cuidadosamente escenificadas, y suele usar actores, decorados, utilería, ayudantes, casi como si se tratara de la filmación de una película, un modus operandi que le acerca también a otros fotógrafos como el americano Gregory Crewdson.
Sin embargo, con frecuencia tenemos la sensación de que bien puedan ser asimismo instantáneas más 'reales', lo que nos remite a su estilo, que el propio fotógrafo califica de «near documentary» (casi documental). El tiempo de ejecución es asimismo flexible y en ocasiones extenso, pudiendo durar días o incluso semanas, y las tomas son fragmentadas para finalmente ensamblarse en una edición final empleando procedimientos digitales. Por ello, junto a ese valor, bien podríamos ver su trabajo como una personal combinación entre documento y escenificación.
Todas estas características y particularidades pueden observarse en esta excelente muestra. Su propio título hace referencia a la ambigüedad de ese espacio poseído por una temporalidad en suspensión, instantes congelados entre el pasado y el futuro, en forma de fotogramas de una narración que demanda del espectador una contemplación sostenida y atenta para elaborar su interpretación e incluso su propia conclusión.

Jeff Wall
'Time Stands Still'. MAAT (Museo de Arte, Arquitectura y Tecnología). Lisboa. Avda. Brasilia, 1.300-598. Comisario: Sergio Mah. Hasta el 1 de septiembre. Cuatro estrellas.
Aunque en esta muestra no se hallen presentes algunas de sus fotos más icónicas, pienso en 'Mimic', 'A Sudden Gust of Wind', o 'Dead Troops Talk', entre otras, ello no desmerece en absoluto la gran calidad –y cantidad– de las obras expuestas que reafirman la certeza de encontrarnos ante un creador que ha conseguido situar la fotografía, más allá de su legítimo valor como documento, dentro del territorio del arte conceptual, inspirando a fotógrafos, artistas y teóricos, y construyendo algunas imágenes totalmente representativas de las complejidades y paradojas de nuestra sufrida contemporaneidad.
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