El Barcelona se aferra a su ambición y a Lamine para alcanzar la final de Múnich

«No empezamos bien. Encajamos dos goles pero después volvimos. En la segunda parte tuvimos altibajos. Fue espectacular para los aficionados. Es el primero de dos partidos. En Milán tenemos que ganarlo. Es una final antes de la final. Estamos hablando de una semifinal de Champions. Son grandes equipos. Ellos tienen experiencia. Lo demostraron hoy. Tuvieron ventaja a balón parado. Cuatro o cinco jugadores muy altos y aprovecharon esto», explicaba Hansi Flick, que sabe la suerte que tiene de tener a Lamine Yamal: «Nos enseñó el camino. Ese 1-2 fue muy importante. Estoy contento con el equipo. Hemos hecho un buen trabajo y tenemos que seguir luchando».

El vestuario azulgrana es consciente de su potencial. También de su inexperiencia y fragilidad defensiva, elemento que deben revertir. «Jugando en casa la sensación es que podíamos haber sacado un resultado mucho mejor. Encajamos muchos goles en casa. Encajar muchos goles aquí es inaceptable pero hay que darle mérito al Inter, que lo hicieron muy bien. Los córners para ellos... son muy fuertes. Lo importante es que salimos con un resultado que allí todo puede pasar. Nos preparamos mucho mejor para salir del choque de vuelta con la clasificación», apuntaba Raphinha.

A favor, más allá de la inspiración de Lamine, tienen su bagaje en casa de equipos fuertes como el Dortmund (el Barça ganó 2-3 en la fase de grupos), el Real Madrid (0-4 en Liga en el Bernabéu) o el más reciente: la victoria en el Metropolitano tras el 4-4 en la ida de las semifinales de la Copa ate el Atlético de Madrid. Los azulgrana fueron capaces de ganar 0-1 ante un equipo de corte marcadamente defensivo. Dos semanas antes había ganado 2-4 en el mismo escenario, pero en Liga. El Inter solo había encajado cinco goles en toda la Champions antes de jugar en Montjuïc. Además, el Barcelona fue capaz de hacerle tres goles cuando los italianos defendían un marcador de 0-2 y se cerraron en defensa.

El propio Lamine estaba dolido por no haber podido ganar y ya tiene Milán entre ceja y ceja: «Pensábamos que podíamos ganar el partido pero bueno, a pensar en la vuelta y ganar allí. Intento darlo todo por el equipo siempre. Dar el máximo. Ha salido bien. Quería más, quería ganar el partido. En la vuelta lo daremos todo y creo que pasaremos. Pensando ya en la vuelta y a por ellos. Vamos a dar todo en Milán. Estamos a un paso de la final. Hemos sido superiores pero no ha servido. Iremos a ganar».

«La mentalidad del equipo ha hecho que empatásemos. Hay que mejorar cosas porque nos han llegado poco y hemos encajado. Vamos a ir a ganar a su campo. Hay que hacer autocrítica. Nos han llegado poco pero nos han marcado. Hay que fijarse en cuatro detalles. No hay que ser negativos. Estamos haciendo una gran temporada. Esperemos que la afición nos ayude para poder ganar esta eliminatoria», advertía Pau Cubarsí, que mandaba un claro mensaje de cara al partido de vuelta: «Que la afición esté con nosotros a muerte porque vamos a ir a ganar». Idéntica idea la que tartaba de transmitir Raphinha: «Queríamos un resultado positivo y nuestra obligación es salir victoriosos de aquí. El resultado no es el peor de todos. Intentaremos clasificarnos allí. Todos sabemos lo que es Lamine y la calidad que tiene».

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Otra de las bazas que pondrá el Barcelona en liza es el poder anotador de Ferran, que está supliendo con éxito la ausencia de Lewandowski. Ante el Inter logró el segundo gol, que empataba momentáneamente el partido y cargaba de moral a sus compañeros y a la grada. «Hemos salido dormidos y lo hemos pagado caro. Un 0-2 pero bueno, el equipo ha reaccionado muy bien. Le hemos dado la vuelta, que era muy difícil. Hay que aprender de esos errores para que en la vuelta no nos pase». El delantero ya está deseando que llegue el próximo martes para resarcirse: «Va a ser una final en Milán. Hay que salir fuertes, igualar la intensidad y a partir de ahí llevar el partido a donde nosotros queremos».

Si la calidad y las jugadas de Lamine enamoran a los barcelonistas, los rivales la sufren en exceso. Simone Inzaghi estaba impactado. «Nunca había visto a un jugador como Lamine Yamal en los últimos ocho o nueve años. Tuvimos que triplicarlo y, obviamente, se abrieron espacios en otros lados. Luego se retrasó y nuestra segunda mitad fue de altísima calidad. La estrategia del Barcelona es arriesgada, pero da sus frutos. Han marcado más de 150 goles, ya han ganado dos trofeos y están en la lucha por otros dos. Pero nuestro partido fue de altísimo nivel», explicó el técnico del Inter.

«¿Yamal? Todo el mundo ve lo buen jugador que es; es un jugador muy, muy limpio. Intentamos frenarlo, pero no fue fácil porque tiene un gran talento. Espero que no lo dejemos jugar cuando regrese», añadía Mkhitaryan. Y Sommer zanjaba: «Lamine es un gran jugador. Siempre busca el interior, regatear... lo intentamos defender lo mejor posible. Muy bonito gol el primero, es un gran jugador. Nos preparamos para enfrentarnos a ellos y lo haremos en el partido de vuelta».