El Sevilla deja entreabierta la puerta de salida para Saúl
El club debe decidir si continúa con el segundo año a préstamo del centrocampista, teniendo opciones de cortar la cesión, sin que el Atlético pueda entrometerse
Caparrós: «Me gustaría que me recordarán como a un sevillista que cuando el club le pedía que le echara una mano fui a pecho descubierto»

La toma de decisiones importantes comenzará en el Sevilla FC en las próximas fechas. Nadie quiere demorarse lo más mínimo porque el regusto amargo de la temporada que está por acabar sólo podrá eliminarse colocando las bases del proyecto que se pretende construir este ... verano. La decisión más relevante, dejando claro que el consejo de administración será inamovibles tras ser ratificado en el mes de enero, en la última junta ordinaria, o en marzo con la extraordinaria, es conocer qué sucederá con la dirección deportiva. Víctor Orta está en la cuerda floja. Su situación en el Sánchez-Pizjuán se torna cada día más compleja, aunque tiene contrato en vigor y no se detiene en su planificación de la próxima temporada donde, incluso, ya se ha firmado a un jugador libre como Alfon González.
Otras decisiones de calado deberán ir llegando con el paso de las semanas, comenzando por ese entrenador que debe firmarse. Si Víctor contribuye o no a esta decisión dictaminará su posición de fuerza o no dentro de la estructura del club. No debe tardar en conocerse. Porque, encima, el trabajo es arduo. Comenzando por esa planificación deportiva basada en tremendos recortes. Entre la llegada de cedidos y jugadores inservibles, el director deportivo se encuentra con un bocado al presupuesto en gasto de plantilla inscribible tremendo. El peligro de no poder inscribir a futbolistas sobrevuela Nervión y cada paso que se dé debe ser sobre seguro. Por eso mismo la continuidad de jugadores que podrían salir por contrato debe tratarse de forma minuciosa. Y aquí aparece la figura de Saúl Ñíguez.
Es patente que su primera temporada en el Sevilla está muy lejos de lo esperado para un jugador de su nivel. O del que atesoró en sus primeros años en el Atlético. Llevaba tiempo siendo un jugador residual y en el Sevilla no ha dado ese paso adelante que tanto se esperaba. De hecho, es de las figuras más señaladas por la grada. Se le silba por norma. Se esperaba mucho más de él y el público entiende que se ha dejado ir, como muchos de sus compañeros. Este panorama no favorece en nada las ganas que tenga Saúl de seguir vistiendo la elástica nervionense, aunque los contratos firmados atan, en principio, al número 17 hasta 2026 como jugador del Sevilla. Sin embargo, siempre hay alguna letra pequeña o cláusulas a las que agarrarse si las partes deciden separar sus caminos.
El Sevilla aún no ha decidido qué ocurrirá con Saúl la próxima temporada. Tiene contrato en vigor. El club debe abonar un porcentaje pequeño del año que le resta con el Atlético. La cantidad a pagar son 2,3 millones brutos de los más de 14 que debe percibir el centrocampista en su último año como rojiblanco. Los de la capital de España renovaron a Saúl a base de millones cuando ya era una estrella y se lo rifaban en la Premier. Un contrato blindado para un hombre de la casa que fue perdiendo protagonismo con Simeone y buscó finalmente acomodo en otros destinos. El último de ellos lo debe pasar en Nervión, aunque está por ver. Existen cláusulas a favor del Sevilla para romper esta relación y que Saúl regrese al Atlético. Terminar por lo sano con su fichaje más ilusionante del pasado verano. Los dirigentes y el actual director deportivo no lo tienen claro. Hay matices que resolver, como la propia opinión de Saúl, quien está dolido por lo vivido este año.
La palabra del jugador
Porque la ilusión de Saúl era triunfar en el Sánchez-Pizjuán. Sabía que llegaba como cabeza de un proyecto que necesitaba crecer y estaba emocionado con esta posibilidad. El problema que le causó la grave lesión muscular no ha terminado de permitirle romper como hombre clave en el esquema del equipo. Y no será porque sus entrenadores no lo hayan intentado. Cada vez que ha estado a disposición, Saúl ha tenido numerosas oportunidades. Primero en una medular de tres y después en el doble pivote. No ha terminado de soltarse. De hecho, con su currículum de goles encima de la mesa, sólo ha anotado uno en el curso.
Y es que Saúl tiene por contrato una ventana para salir del Sevilla, que se trataría de que un club llegase por derecho y le ofreciese un mejor contrato al jugador del que recibe actualmente. No subrogarse al que tiene firmado, sino uno nuevo. Así podría salir el jugador. Dos de las tres partes tienen vías de escape a una relación que no se sabe bien cómo irá evolucionando en el futuro. Quien no tiene nada que decir para romper la unión Sevilla-Saúl es el Atlético. Cedió sus derechos federativos a los andaluces y mientras se cumpla lo firmado no puede deshacer el actual formato de cesión. Por eso en Nervión se toman la situación con cierta calma. Lo primero es dar pasos en otras direcciones. Cerrar la contratación de un entrenador más, previamente si así se decide, un director deportivo. El caso Saúl llegará a la mesa de los encargados de valorar su continuidad. También debería tener la palabra el futuro entrenador. Siempre gusta en los técnicos que un núcleo duro y experimentado le ayude a aterrizar. Saúl se ha colocado el brazalete sevillista casi desde que llegó. Él también tendrá que decidir qué camino desea coger. La puerta del Sánchez-Pizjuán está entreabierta. Hay que esperar para ver si alguien la cierra.
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete