EL BAR DE MOU
El apagón blanco
«La estabilidad del Real Madrid es tan compleja como la de la Red Eléctrica. ¿Gas o carbón para la defensa? ¿Centro del campo eólico o nuclear? ¿Ataque magnético o nuclear?»
El abuelo Melquiades
¿En qué momento se le apagó a Ancelotti el Madrid? Nunca lo sabremos. De las causas del otro apagón, el del lunes, 28, día de San Pedro Chanel, que certifica oficialmente la decadencia definitiva de España (a la espera del apagón definitivo, el ... monetario, que nos sorprenderá en verano), sólo pude hacerme una idea con la explicación que me llegó por @wokebusters en el 'X' de MusK (eso, o la Radio Nacional que creara Millán Astray y donde ahora croa un eleático Euprepio), al hilo de la tormenta de energías que juegan en una red eléctrica:
–Es como cuando el Madrid sale con Lucas Vázquez (solar) de lateral; si de respaldo en esa banda pones a Rodrygo o a Brahim (que son los dos eólica), apagón y saco de goles; si pones a Fede Valverde (nuclear), entonces es posible que libres.
Si llega Xabi Alonso, que viene de 'Jot Down' y otros abrevaderos del columnismo científico, va a tener trabajo para implicar a esta plantilla en los intríngulis de la corriente eléctrica, fenómeno que en el Bernabéu se complica jurídicamente con el célebre hipogeo: recordemos los conflictos ocasionados en su día entre los distribuidores de líneas eléctricas y el artículo 552, párrafo primero, del Código Napoleón: «La propiedad del suelo supone la propiedad de la superficie y del subsuelo». ¿Puede obligarse a un particular a aceptar que los hilos conductores de energía pasen por encima de su casa o de sus terrenos? España es atroz, y a 'Ruido Bernabéu' podría seguirle 'Chispas Bernabéu'.
«¿Qué es la electricidad?», se le ocurrió a Santayana, nuestro mayor filósofo, preguntarle a su amigo John Francis Stanley Russell, segundo conde Russell, conocido como Frank Russell (el hermano mayor de Bertrand), que disponía de un generador para su yate. «Te lo voy a enseñar», le dijo. Le hizo quitarse el reloj, le hizo acercarse al enorme imán que formaba parte del mecanismo y sintió una gran sacudida.
–Eso es lo que es –dijo entonces el conde en tono triunfal.
A Ancelotti se le apagó el Madrid y nadie sabe cómo ha sido. En su vida laboral, Ancelotti siempre ha presumido de trabajar para quien lo contrata. No es ninguna perogrullada: en la mía cuento con una mano los profesionales que cumplieran con ese trato. A eso, en la España atroz, se le llama 'agradaor'. Berlusconi le pidió un Milan más atacante, y Ancelotti se sacó de medio centro a Pirlo. Florentino le pidió estabilidad en el éxito, pero la estabilidad del Real Madrid es tan compleja como la de la Red Eléctrica. ¿Gas o carbón para la defensa? ¿Centro del campo eólico o nuclear? ¿Ataque magnético (Mbappé, Rodrygo) o nuclear (Vinicius)?
El piperío ronceril (sujeto constituyente del madridismo mediático) saliva con la posibilidad de que Xabi se venga con un tal Zubimendi, que es como cuando Núñez se presentó en el 78, el del Régimen que padecemos, con Muller, el entrenador francés, y Tarrés, el Zubimendi de 'El Plantío', ambos arrebatados al Burgos. Está en el ambiente: Zubimendi, más las renovaciones de Lucas y de Lukita, y a señorear Europa, a cuyo trono aspiran Luis Enrique sin Mbappé y Flick con el club de los frames.
El frame de Ceferino, como la mónada de Leibniz, sólo puede ser fuerza, energía, vigor. Bertrand Russell respetaba a Leibniz, no por sus mónadas, sino como precursor de la lógica matemática, «cuya importancia adivinó cuando nadie se daba cuenta de ello» (a ver quién es el Leibniz que descubre hoy la importancia del cambio trumpiano que tenemos delante –sistema monetario fiat a criptomoneda–).
–Lo mejor de su teoría de las mónadas –escribe Russell–, son sus dos clases de espacio: uno subjetivo, en las percepciones de cada mónada, y otro objetivo, consistente en la reunión de los puntos de vista de las diversas mónadas. Esto es todavía útil al relacionar la percepción con la física.
Esa relación de la percepción con la física la sintió uno con Rodrygo en el segundo gol de Rice en Londres, que quitó la cabeza, y en el primer gol culé en Sevilla, que dejó de correr ¡con Pedri!, como para ver mejor el chut.
En cuanto a Leibniz, diga usted frame donde dice mónada y tendrá a Clos Gómez en la cúspide de la ciencia contemporánea: el Var.
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