Tenis
Sinner vuelve al circuito entre algodones: con número 1, en Roma y con su público
El italiano disputará el Masters 1.000 de Roma, primer torneo tras los tres meses pactados de sanción por dopaje
Un Ruud liberado y feliz se deshace de la maldición: campeón en Madrid
Alcaraz - Draper: horario, canal de televisión y dónde ver online el partido del Masters de Roma hoy

Se cierra la Caja Mágica y se abre el Foro Itálico, desde mañana hasta el domingo 18. El tenis es una concatenación infatigable de triunfos y derrotas. Y se deslizan los jugadores del chasco a la ilusión y de Madrid a Roma, donde convergen todos ... los caminos y casi todos los rivales. Porque el tenis recupera la figura de Jannik Sinner, que acabó el domingo su castigo a la carta de tres meses por dopaje y no hay mejor lugar para la reaparición que cobijado entre los suyos antes de ir a gradas extranjeras donde se esperan respuestas de todo tipo.
Tiene apoyos, y no cualesquiera, a pesar del doble positivo por clostebol y la excusa de que fue accidental y de manera fortuita por una crema y un masaje. Ahí saltó Rafael Nadal hace unos días para defender al de San Cándido. «Si no me equivoco, al final salió inocente en la sentencia. Los accidentes ocurren, y lo veo así porque creo en Sinner. Por lo que lo conozco, estoy convencido de que nunca intentó hacer trampas ni obtener ventaja sobre el resto. Estoy seguro de que Jannik es una persona inocente y creo en la sentencia. Él ha aceptado estos tres meses y por tanto, caso cerrado». Aunque también surgen voces en contra sobre todo por cómo se desarrolló su investigación. A Novak Djokovic no le gustaron las formas y la falta de información; Serena Williams afirmaba que si la del dopaje hubiera sido ella, la sanción hubiera sido mucho mayor. Y, en resumen, se intuye que la sombra de la sospecha tardará mucho en irse de la figura de Sinner.
Tanto es así, que el propio tenista admitía estos días que le había pesado demasiado, al punto de pensar en que no merecía la pena vivir con la diana en la espalda. «Recuerdo que antes del Abierto de Australia no me sentía bien, era muy infeliz, no estaba cómodo en el vestuario ni en el restaurante de jugadores. Me miraban de forma distinta y no me gustaba nada. Ahí pensé que vivir así el tenis iba a ser muy duro». Y sí, admitía en esa misma entrevista a la televisión italiana RAI, «pensé en tomarme un tiempo después de Australia».
Creó una burbuja con su equipo y su familia, como ha hecho este torneo de casa en el que regresa y el deporte italiano para proteger a la estrella. Quiere recuperar la adrenalina de la competición. No ha sufrido apenas deterioro de su estatus en el ranking. Han podido arañarle pocos puntos Alexander Zverev y Carlos Alcaraz, así que la sanción ni siquiera desequilibrará su posición con vistas a Roland Garros. A partir de mañana se verá si se ha resentido su juego, su ritmo y su ánimo.
El sorteo celebrado ayer en el Foro Itálico recupera su nombre en lo alto del cuadro. Pondrán a prueba su regreso Alejandro Davidovich, Frances Tiafoe, Francisco Cerúndolo; Casper Ruud –campeón el domingo en Madrid–, Ben Shelton o Matteo Berrettini en cuartos; Taylor Fritz, Alex de Miñaur y Andrey Rublev en semifinales, y solo en la última ronda asoman Alcaraz, Zverev, Draper y Musetti, como posibles candidatos al título.
También hay ganas de ver de nuevo en acción al español, toda vez que se paseó por Madrid para actos publicitarios, pero no pisó las pistas de la Caja Mágica para evitar que la lesión que se produjo en la final del Conde de Godó perjudicara sus intereses de cara a Roland Garros. Prueba ya estos días las pistas romanas, y ha quedado emparejado con jugadores como Nishioka, Struff, Dimitrov, Khachanov y Sonego en las dos primeras rondas; con unos cuartos donde pueden esperarlo Rune, su verdugo en Barcelona, y Draper; y unas semifinales con Zverev, Musetti, Fils y Tsitsipas antes de jugarse el título el domingo 18 contra Fritz, Ruud, De Miñaur o Sinner.
Y se habla de las presencias, pero también de las ausencias, pues anunciaba el pasado martes Novak Djokovic que no acudiría al Masters 1.000 romano, cuando no se había saltado una cita desde 2007. No se le observaron problemas físicos en ese único partido que jugó en Madrid, pero sí algunas cicatrices mentales que arrastra en los últimos tiempos. Hablaba el serbio de una nueva realidad en la que tiene que pensar más en superar un par de rondas que en verse en las finales. Un reto mental para el ganador de 24 Grand Slam y todos los récords posibles y que intuye una despedida no muy lejana. Salvo que se apunte a algún torneo menor antes de Roland Garros, llegará ala Philippe Chatrier con solo dos partidos en tierra: derrota en Montecarlo con Tabilo y derrota en Madrid con Arnaldi. Una incógnita más en su otoño profesional.
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