PATRIMONIO
La Plaza Vieja de Almería estrena imagen tras 25 años de propuestas, retrasos y polémicas
Este emblemático espacio se convertirá en un punto de encuentro y referente para revitalizar el centro histórico
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Tras más de veinticinco años de propuestas frustradas, paralizaciones técnicas, conflictos políticos y protestas ciudadanas, la Plaza Vieja de Almería (oficialmente Plaza de la Constitución) ha reabierto sus puertas con una imagen renovada que combina respeto por su historia con una apuesta por la ... funcionalidad, sostenibilidad y vida urbana. Este jueves, la alcaldesa, María del Mar Vázquez, presidió un acto de inauguración abierto a la ciudadanía, marcando así el final de una obra que ha estado en el centro del debate público almeriense.
Las obras, que comenzaron en agosto de 2024, suponen una inversión de 2,7 millones de euros y han sido ejecutadas sobre un proyecto firmado por Ordaz Estudio de Arquitectura, que apostó por preservar los principales elementos patrimoniales y dotar al espacio de infraestructuras modernas. La Plaza Vieja es la más antigua de la ciudad y uno de los rincones más entrañables del centro histórico. Su origen se remonta a la época musulmana, cuando, de forma irregular, albergaba el zoco principal de la Medina.
Tras la conquista cristiana pasó a conocerse como la plaza del 'Juego de las Cañas', utilizada para festejos, y fue a mediados del siglo XIX cuando adquirió su configuración definitiva, con viviendas de dos plantas y soportales que aún se conservan. De planta ligeramente trapezoidal, su arquitectura responde al modelo de plazas cerradas porticadas.
La plaza está presidida por el edificio del Ayuntamiento de Almería que ha sido restaurado recientemente. En el corazón de la plaza se encuentra el Monumento a los Mártires de la Libertad, también conocido como el 'Pingurucho' o monumento a los 'Coloraos'. El obelisco recuerda a los 24 liberales que, vestidos con casacas rojas, desembarcaron en las costas de Almería en 1824 para proclamar la libertad y fueron fusilados por oponerse al despotismo de Fernando VII.
El monolito actual es una reconstrucción en mármol de 1988, sufragada por suscripción popular, tras haber sido derribado en 1943 durante la dictadura franquista. Está rematado por un capitel corintio y una esfera de bronce rodeada de pinchos, y constituye uno de los símbolos más reconocibles de la ciudad. También en uno de los laterales de la plaza se alza el Convento de las Claras, reconstruido tras el incendio que sufrió durante la Guerra Civil.
El camino hacia la actual remodelación ha sido largo y retorcido. En el año 2000, el entonces alcalde socialista Santiago Martínez Cabrejas logró el compromiso del presidente en aquella época de la Junta de Andalucía, Manuel Chaves, para financiar las primeras fases de la rehabilitación. Sin embargo, los retrasos comenzaron pronto. Las obras se paralizaron en diversas ocasiones y no fue hasta 2009 cuando se completó una primera fase de escasa envergadura.
En los años siguientes, distintos gobiernos municipales intentaron relanzar el proyecto, pero los desencuentros entre administraciones, problemas de financiación y falta de consenso político alargaron indefinidamente los plazos. Las críticas populares fueron aumentando, y el malestar ciudadano llegó a compararse con otras grandes obras históricamente dilatadas como la A-92.
Motivos de conflicto
Uno de los principales motivos del conflicto fue la propuesta, en su momento, de eliminar los ficus existentes en la plaza y trasladar el obelisco de los 'Coloraos'. Este planteamiento encontró una fuerte oposición por parte de asociaciones como Amigos de la Alcazaba y la Asociación Bicentenario de los Coloraos. Estos colectivos recurrieron a la vía judicial para frenar el desarrollo de un proyecto que consideraban un atentando contra el patrimonio y la memoria democrática.
Finalmente, el Ayuntamiento de Almería adaptó el diseño, conservando tanto los árboles como el monumento. La Dirección General de Memoria Democrática incluyó el obelisco en el futuro itinerario nacional 'Memoria Liberal de España', asegurando así su permanencia en la plaza.
El proyecto aprobado por la Comisión Provincial de Patrimonio Histórico en 2024 logró el equilibrio entre los elementos a conservar y las necesidades de renovación urbana. La intervención se ha desarrollado sobre una superficie de casi 5.000 metros cuadrados e incluye la reorganización del acceso desde la calle Marín y otras adyacentes.
El pavimento, realizado con piedra natural de diferentes tamaños y geometrías, forma un mosaico que representa el 'Sol de Portocarrero', uno de los símbolos más reconocibles de Almería. Este diseño sirve de elemento articulador en torno al cual se organiza el espacio, integrando zonas de sombra, jardineras con arbustos y bancos de piedra con la misma geometría que el suelo. La nueva iluminación, formada por siete báculos de focos LED adaptables, refuerza la funcionalidad nocturna del espacio.
Además, se ha actuado sobre los soportales de la plaza, recuperando la sillería de las arcadas, aplacando de piedra las bases de las pilastras, instalando revestimientos de madera natural en los techos y pavimentando con piedra para facilitar el tránsito peatonal cubierto. También se ha reservado espacio para terrazas de hostelería sin invadir las zonas de paso, y se han integrado áreas de estancia bajo las copas de los árboles, dotando a la plaza de un carácter más humano.
Durante el acto de inauguración, la alcaldesa María del Mar Vázquez destacó que la intervención «supone no solo una mejora estética y funcional, sino también un impulso para la vida social, cultural y económica de Almería». Agradeció la paciencia de los vecinos y aseguró que esta plaza será «un punto de encuentro para todos los almerienses y un espacio de referencia en la revitalización del centro histórico».
La reapertura de la Plaza de la Constitución representa el cierre de un capítulo complejo en la historia urbana de Almería, pero también el comienzo de una nueva etapa. Un paso más en la reactivación del Casco Histórico almeriense a través del eje que forman la Alcazaba, La Hoya, el Cerro de San Cristóbal y la Plaza Vieja.
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