CÓRDOBA ENTRE LÍNEAS
Palomo Spain: «En la vida me guía un ansia de libertad absoluta»
ENTREVISTA
De pequeño se bebía el 'Vogue' y el 'Elle' que compraba en el quiosco de Posadas y ahora viste a Beyoncé, triunfa en Nueva York y luce el Premio Nacional de Diseño de Moda
Palomo Spain sube al séptimo cielo en Nueva York con su nueva colección

En el momento en el que se produce el encuentro con ABC, en su casa y taller de Posadas hace pocos días, Palomo está a punto, a unas horas, de coger un avión que lo lleve a Miami y luego a México. «Hemos ... conseguido crear una comunidad de clientes bastante estable alrededor del mundo, sobre todo en Estados Unidos, donde la marca está más consolidada», afirma quien hace nada cautivó en la Semana de la Moda de Nueva York y ha logrado este año el Premio Nacional de Diseño que otorga el Ministerio de Cultura. Ha vestido a Beyoncé entre otras 'celebrities', y a Chanel para Eurovision. Además, Alejandro Gómez Palomo (1992) ha llegado a millones de hogares del país gracias al programa 'Maestros de la Costura' de TVE.
-¿Qué piensa un chaval de Posadas cuando pasea por la Quinta avenida y ve en un escaparate un diseño suyo?
-(Risas) Pues me pasó precisamente una cosa en la Quinta avenida, con la tienda de Puma toda llena de Palomo. Hemos trabajado con Puma y fueron mi padre y sus amigos a Nueva York y me mandaron una foto de todos en la puerta… Es una satisfacción tremenda que te dice que tu trabajo lo estás haciendo bien, que el trabajo duro merece la pena y que al final tienes algo que decir y que aportar en el mundo de la moda. Desde que llegué a este mundo he tenido un impacto importante y he podido ir viviendo el sueño todo este tiempo.
-Cómo vive usted el proceso de creación, cómo se le ocurren los diseños.
-Pues siempre voy creando historias. Hay un momento de 'research', de búsqueda de información que puede durar meses, donde tú vas componiéndote tu universo, y en el que vas mirando desde telas a todo lo que necesitas. A partir de una idea vas informándote y vas tomando ideas por donde pillas, desde música a cine a museos… de todo.
-¿Es un chispazo? ¿Hay algo que le salta?
-Sí, claro. Hay un momento en el que dices: 'Ah, vale, ya entiendo por dónde quiero ir, el personaje de esta temporada va por aquí o por allí y su sensación en esa: se está escondiendo, quiere que lo vean, quiere ser buscado...'
-Porque usted concibe un traje como una historia.
-Sí. Cuando hago las colecciones me gusta contar una historia para que la gente lo entienda: lo ves casi como una película. Y para entender esos trajes y poner al mundo y al modelo en situación tiene que haber detrás una sensación, una forma de estar.
Críticas
-¿Alguna vez le han dicho que sus diseños son frívolos?
-No, no ha sido una palabra que hayan usado para criticarme. Las críticas me han venido por la falta de comprensión, sobre todo al principio costaba más que me tomaran en serio, sobre todo en ciertos medios conservadores, que dijeron que lo que hacía era ropa de mujer para hombre.
-¿Y eso le duele?
-No me duele pero me parece una falta de entendimiento, porque no es eso: cuando tú concibes la ropa en el cuerpo de un hombre lo que yo pienso es que pongo un trozo de tela en un cuerpo, no pienso que sea ni de mujer ni de hombre. Para mí esos términos están obsoletos.
-No cree, entonces, en el género como algo estanco.
-No creo en el género como una forma de definir necesariamente la estética.
-¿Y a la persona?
-Pues a la persona… Según se sienta. Creo que hay muchísimas posibilidades hoy en día. Y creo que al final la razón absoluta de la marca Palomo y el haber hecho lo que he hecho es porque me he sentido con una libertad tremenda de hacerlo. Y lo que me guía en la vida es una ansia de libertad absoluta, la de poder estar bien haciendo o siendo lo que quieras, y eso aplicado lógicamente también a orientaciones sexuales o a opciones que escojas en la vida. He luchado como nadie para que la moda española tenga un sitio a nivel internacional y creo que hemos sido quienes más lo hemos conseguido en los últimos tiempos. Es un orgullo tremendo que gracias a la moda que hemos hecho haya podido haber una aportación a la cultura, que hayamos podido abrir mentes y cambiar a gente: darle a muchos jóvenes un sitio que quizás no tenían, el darles la posibilidad de crecer con un sitio de referencia donde todo es posible, como ocurre a Palomo. Lo más bonito y satisfactorio de mi trabajo es esa aportación a la libertad, a la inclusividad… que ese mensaje haya calado en tantos aspectos sociales y que haya aportado algo más allá de una prenda de ropa.
-¿Con sus diseños abre puertas?
-Sí, así lo he sentido y he escuchado muchos testimonios directamente; los chicos han venido a mí y me lo han dicho. Lo vi por ejemplo en Moscú: vinieron de todas partes de Rusia chicos a hacer mi desfile por tener simplemente ese momento de sentirse bien.
-Su primera colección se basó en Orlando, el personaje de Virginia Woolf. Sugerente…
-Sí, siempre estoy buscando una historia para intentar contar la mía, y Orlando me dio una excusa y un contexto perfecto para lanzarme al mundo con una idea que la he llevado a cabo hasta hoy en día, y que es mi mensaje.
-¿Y cuál es ese mensaje?
-Ese personaje, Orlando, precisamente casi que oscila de género a lo largo de la historia, juega un poco, porque se levanta un día y es un hombre y al otro es una mujer. Ahí está la dualidad dentro del personaje que a mí me atrae tanto: un día te puedes sentir más femenino y vestirte de cierta manera, y otro puedes jugar completamente con lo contrario. Y en esa historia hay una cosa más muy interesante, que es el viaje que hace en el tiempo, porque la historia de Orlando transcurre a través de los siglos, y eso es justo lo que hay detrás de mis colecciones. Trato de entender cuál ha sido el pasado de la vestimenta masculina y de la femenina para poder proyectarla al futuro. Eso es lo que ha sido Palomo Spain hasta ahora, ese juego sobre lo masculino y ese viaje a lo largo de la Historia.

Alejandro Gómez Palomo no ha querido nunca ser en la vida nada más que lo que es. «Desde pequeño he tenido el sueño de ser diseñador de moda y también la gente de mi alrededor también lo tenía claro, hasta más que yo en algunos momentos», comenta el creador en su casa de Posadas. «Con catorce años fui por primera vez a Londres con el colegio y me quedé enamorado de la ciudad y vi que ese tenía que ser mi sitio, y que tenía que estar del lado de los grandes maestros de la moda, como John Galiano, principalmente, y luego Versace, Lacroix», añade. Luego, con dieciocho años y al acabar su Selectividad con buenas notas, se marchó de nuevo a la capital británica, seducido por ella, a seguir los pasos de Galiano, donde se formó en el London College of Fashion: allí descubrió que a lo que quería dedicarse era al diseño de ropa para hombre.
«Creo que mediante mi trabajo he salido observar la belleza masculina, por la que tengo algún tipo de pasión, con un ojo diferente»
-Sintió entonces que iba a cubrir un vacío en la atención al cuerpo masculino.
-Hay dos cosas. Por una parte veo que hay una libertad tremenda y un espacio gigante en el que yo puedo experimentar, y también creo que Palomo surge de una necesidad, porque veía a mi alrededor y por mi experiencia propia que nosotros también queríamos disfrutar de la moda con un buen bordado, con una pluma, con una pedrería. Y todo viene un poco de comprar ropa de segunda mano en Londres, olvidándote del género, porque buscabas en un cubo lleno de ropa, y cogías lo que te gustaba olvidándote hasta de lo que era. Sentía, sí, que había una opción de hacer ropa de hombre con mucha más pasión, con mucho más detalle y bebiendo siempre de la alta costura que a mí me había gustado siempre. Y también hubo algo de las musas, de la manera en la que yo me inspiro: imagino que tengo algún tipo de pasión por la belleza masculina. En mi trabajo creo que he sabido observar la belleza masculina con un ojo diferente.
-¿Esa belleza era la gran olvidada de la moda?
-Creo que desde finales del siglo XIX sobre todo el hombre había pasado a un segundo plano en la moda, y se había establecido que el hombre tenía que vestir con traje de chaqueta, ese era el estereotipo masculino, mientras que era la mujer la que se llevaba toda la decoración, con todas las joyas. La mujer es como el florero y el hombre, pues… En un momento en el que estamos llegando a la igualdad era necesario que los hombres también pudieran disfrutar de la moda.
-¿Y hay diferencias sobre cómo disfrutamos nosotros de la moda y cómo lo hacen ellas?
-Inevitablemente, porque tenemos modo de consumo diferentes. He visto cómo todo ha cambiado en los últimos años, cómo el hombre se ha interesado por la moda del mismo modo que lo hacía antes la mujer, que siempre ha podido decorarse, pintarse las uñas, ponerse collares. Ahora el hombre se ha dado cuenta de que lo puede hacer también y de que eso destaca unos nuevos atributos, y que es divertido.
-Y transgresor también, ¿no?
-Sí. Yo creo que se empieza con una transgresión. Mi mensaje era más transgresor antes, al principio, que ahora, pero luego ya te vas acostumbrando. Siempre he sentido que había que empujar un poquito los límites, y de alguna manera hacer que la gente sienta algo, ya sea positivo o negativo. Por mi parte no ha habido una provocación obscena o vulgar pero sí que he provocado una curiosidad, y siempre con el respeto absoluto que hemos tenido siempre a la ropa y a la técnica: todo eso ha hecho que mi propuesta sea al final creíble, que no sea una mamarrachada. Yo me tomo muy en serio la ropa que hago, y eso es lo que ha trascendido a lo largo del tiempo.
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