«La PAU debería haber contemplado más flexibilidad tras la dana en Valencia»
Algunos de los alumnos afectados por la riada se enfrentan a los exámenes con menos horas lectivas que el resto y el temario sin acabar
Un editorial de ABC del libro sobre José Bretón, protagonista del examen de Castellano en la Selectividad de Valencia
Miles de estudiantes han iniciado este martes la prueba de acceso a la universidad (PAU) en todo el país, pero no todos lo hacen en igualdad de condiciones. En la provincia de Valencia, centenares de alumnos llegan a la selectividad arrastrando las secuelas ... de la dana que el 29 de octubre destrozó centros educativos y restó horas lectivas, obligando a muchos a aplazar un examen decisivo o a enfrentarse a él sin haber podido completar un curso caótico con normalidad.
A pesar de no haber terminado el temario, algunos adolescentes han decidido enfrentarse a los exámenes en la primera convocatoria, con el mismo nivel de exigencia que el resto de compañeros de otros institutos. Tenían la opción de aguantar hasta julio y presentarse en la fase extraordinaria sin que eso les penalizara a la hora de escoger un grado universitario.
Sandra Rodríguez es una de las siete estudiantes de segundo de bachiller del IES Andreu Alfaro de Paiporta, de un total de setenta, que ha apostado por no esperar. Desde este martes intenta sobreponerse a la incertidumbre y demostrar todo el esfuerzo y horas de estudio. «Ha sido muy difícil, pero gracias a los profesores hemos salido adelante. La cabeza no la teníamos del todo bien para empezar, porque fue muy potente la situación, pero poco a poco hemos seguido el hilo de los exámenes», explicaba a ABC a la salida de la primera prueba en la Universidad Politécnica de Valencia.
Para ella, poder presentarse en junio es una victoria personal, pero no todos sus compañeros han logrado seguir el mismo ritmo, teniendo en cuenta que Paiporta es una de las localidades más afectadas por la barrancada. Las clases se interrumpieron durante semanas, puesto que el instituto se convirtió en un centro logístico para repartir alimentos, lo que retrasó la recuperación académica.
Uno de los profesores del mismo centro, Víctor Pérez, recuerda con claridad el desorden: «Empezamos a dar clases tres semanas después, pero sólo tres horas por la mañana. No podíamos exigir más porque estaban emocionalmente tocados. No se trataba solo de recuperar temario, sino de reconstruir rutinas, confianza y estabilidad emocional».
El ritmo escolar no se reestableció del todo hasta bien entrado diciembre y muchas asignaturas como Historia, Filosofía o Biología no han logrado llegar a tiempo con toda la materia. «Todavía hoy se están dando clases en horario norma», explica Pérez. «No se podía forzar más. La PAU debería haber contemplado más flexibilidad este año, pero al menos se ha permitido a muchos presentarse en julio como una opción ordinaria». «Ha faltado apoyo, sobre todo psicológico», subraya. «Los chavales lo han pasado muy mal. Creo que nadie imagina lo que ha sido vivir esto en mitad de un curso tan decisivo», asegura.
Todo ello teniendo en cuenta que los estudiantes que ahora se sientan en las aulas de examen ya sabían lo que era vivir una situación extraordinaria. Empezaron su etapa de Secundaria bajo la sombra de la pandemia del covid, y ahora cierran el Bachillerato con el impacto de una catástrofe histórica -con 228 muertos- que les obligó a cambiar los apuntes por las palas y las botas para sacar el barro de sus casas.
Entre el cansancio y las ganas de cerrar etapa
En el IES La Sènia, del mismo municipio, el escenario es distinto: 35 de los 60 aspirantes a las PAU han decidido presentarse en junio. El profesorado, según explican los docentes del centro David Chao y María Molins, ha hecho auténticos malabares: «Los alumnos han trabajado durísimo, y nosotros también. Hemos tenido que hacer horas extra, dar clases en semanas no lectivas, hacer repasos para poder llegar con todo más o menos cubierto».
En este sentido, la alumna Teresa Torrijos reconoce que el curso ha sido «bastante caótico». Aun así, ha preferido no alargarlo más. «Nos ha costado bastante concentrarnos y volver a la rutina. En Historia tuvimos que ver temas como la Transición después del fin de curso. Pero queríamos quitárnoslo de encima, irnos de viaje y olvidarnos ya», sostiene, con dos duras jornadas todavía por delante.
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