El Bernabéu se blinda contra el ruido: cerrará las 'grietas' de la cubierta próximas a las viviendas
Los eventos pasarán un control previo que medirá el comportamiento del sonido y se trabajará con los vecinos la regulación de horarios y movilidad
El concierto de Taylor Swift, desde una terraza frente al Bernabéu: «Si el ruido no cesa, no nos quedará otra que mudarnos»

El Real Madrid no ha hecho oídos sordos a las quejas atronadoras de los vecinos del Santiago Bernabéu. La millonaria modernización del estadio de Chamartín ha arrebatado al Metropolitano su hegemonía en el terreno musical, pero ha despertado el malestar en los residentes más ... próximos a la casa blanca. Aunque el proyecto de remodelación contemplaba ya actuaciones de aislamiento acústico, no han sido suficientes para mitigar la onda expansiva del sonido que ha llegado hasta las viviendas más próximas. Y los responsables han tomado nota.
Según la documentación a la que ha tenido acceso ABC, el «plan de control de emisiones sonoras» que va a llevar a cabo el Club para reducir las molestias, incluye, entre otros aspectos, la «mejora del aislamiento de las zonas abiertas, especialmente el 'skywalk' –la parte más elevada–, el cuarto anfiteatro y los vomitorios de los fondos.
Además de sellar esas 'grietas' por donde se escapan los decibelios, los promotores de los eventos tendrán más obligaciones: deberán enviar información detallada por anticipado de las «condiciones técnico-acústicas» –situación del escenario y equipos de sonido, entre otros aspectos– para pasar antes por un simulador que valide el modelo.
El huracán Taylor Swift fue el primero de los grandes eventos que arrasó con la calma de quienes viven frente al estadio; especialmente, los residentes cuyos pisos dan a la calle de Rafael Salgado, la avenida de Concha Espina o la plaza de los Sagrados Corazones. En solo los dos días de conciertos, la Policía Municipal levantó veinte propuestas de sanción –hasta 40.000 euros en multas tendrán que pagar los promotores– por superar los límites establecidos por la normativa municipal.
Según establece la Ordenanza de Protección contra la Contaminación Acústica y Térmica del ayuntamiento, el umbral de sonido permitido está en los 63 decibelios durante el día y los 53 en horario nocturno. «No puede ser que no podamos descansar porque las ventanas vibren ya solo en las pruebas de sonido», se quejaban entonces los vecinos, cuyos sonómetros durante el concierto llegaron a superar los 70 decibelios.
Aislamiento ya ejecutado en la reforma

Ampliación de la cubierta
La reforma inicial extendió la cubierta fija un 40%: pasó de 20.606 a 29.150 metros cuadrados.

Pantallas acústicas
En los dos fondos se pusieron vidrios laminados termo-endurecidos para frenar el sonido.

Lona acústica en la visera
En la visera de la cubierta se instaló una tela con 'nanogel' fonoabsorbente para mitigar el escape de ruido.

Envolvente de acero inoxidable
El gran cambio visual del estadio fue la colocación de su nueva 'piel' plateada formada por más de 17.000 lamas.

Paneles en el 4º anfiteatro
Sobre la última fila del 4º anfiteatro se ensamblaron paneles acústicos de acero galvanizado y lana de roca.

Capa de PVC en el techado fijo
En la parte de la cubierta fija también se dispuso una lona acústica de PVC como medida de aislamiento.
Dentro del proyecto de remodelación del estadio se contemplaron diversas medidas de aislamiento acústico en previsión de los grandes eventos que ya tenían comprometidos: habrá un máximo de 20 macroconciertos al año (un 5,5% de los días que está abierto el estadio, recalca el Club). En concreto, se ejecutó la ampliación de la cubierta fija más de un 40% –se ha pasado de 20.606 a 29.150 metros cuadrados–; se colocaron más de 17.000 lamas de acero inoxidable en la envolvente que transformó su imagen exterior con su ya icónica 'piel' plateada; se instalaron pantallas acústicas de vidrio laminado termoendurecido en los fondos y paneles acústicos de acero galvanizado y lana de roca sobre la última fila del 4º anfiteatro; y bajo la cubierta fija y la visera se desplegaron unas lonas acústicas. Pero quedaron 'fisuras' que ahora la ingeniería Arup se encargará de resolver.


Dada la «complejidad constructiva» de las intervenciones que se acometerán, el plan se implementará de forma progresiva en un plazo de más de seis meses. El objetivo es «dar prioridad al cierre de las zonas abiertas más próximas a las viviendas». Se empezará por el 'skywalk', donde «se ampliará el cierre de las pantallas acústicas de vidrio laminado termoendurecido de los fondos hasta la cercha de cubierta, en el anillo interior».
En el resto del perímetro interno, especialmente en los laterales, desde el final de la grada hasta la visera de la cubierta, se pondrá un «cierre acústico ligero descolgado, con un material textil de alta atenuación». Todo este sistema será móvil y automatizado. En cuanto al 4º anfiteatro, se completará el cierre con «una membrana acústica». Asimismo, en los vomitorios, se aplicará un sistema similar al de las entradas de las discotecas. Es decir, habrá dos líneas de puertas automáticas para conformar un «vestíbulo acústico con una cámara de protección», siempre sin afectar a los anchos de acceso y evacuación.
«Control activo» del sonido
Como medida preventiva, la empresa de ingeniería Vanguardia está diseñando un «modelo de comportamiento acústico» en el que se detallarán las principales condiciones técnicas a las que se tendrán que adaptar todos los eventos que se celebren en el Bernabéu. Este sistema permitirá saber si lo que proponen los promotores de los conciertos cumpliría con la normativa vigente en función de las medidas de aislamiento implantadas en el estadio.
Así, de antemano evaluará el posicionamiento –ubicación y altura– y dirección de los altavoces, la potencia máxima de los equipos o la estratificación del sonido por niveles y por zonas. Además, según se compromete el Real Madrid en el plan, «los técnicos del Club supervisarán los niveles de emisión y desarrollarán un control activo sobre los sistemas de sonido instalados por los promotores».

Por su parte, las administraciones y los hasta ahora perjudicados también tendrán un papel. Se constituirá un mesa de seguimiento con representantes del ayuntamiento y la Comunidad de Madrid, abierta a los afectados –representantes de vecinos y comerciantes– para «la observación continua de las medidas recogidas en el plan».
Servirá también como cauce para recibir nuevas propuestas, así como para acordar otras «mejoras de la convivencia en el entorno»: la regulación de horarios de finalización de conciertos y la realización de ensayos o la implantación de un plan de movilidad sostenible para cada evento. Lo que sea necesario para conjugar la paz vecinal con la nueva vida del Bernabéu como meca del deporte y de los grandes artistas.
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