El peso del PP de Ayuso en Génova será uno de los focos del cónclave

Ironías aparte, lo cierto es que el encuentro de los populares será importante por varias razones y de ahí que el líder del PP haya decidido adelantarlo un año. «Es el momento adecuado. Hacerlo en abril de 2026 podría enturbiar los procesos electorales previstos en Castilla y León y Andalucía», explicaba ayer una persona cercana a la dirección nacional, quien iba más allá para justificar la convocatoria. «Sánchez es impredecible», apuntaba sobre un posible adelanto electoral que nadie espera en Génova, pero que no se descarta viendo el devenir de los procesos judiciales que salpican al Gobierno y al entorno familiar del presidente.

Desde el 11 de marzo, fecha en la que el equipo más próximo a Feijóo reservó las instalaciones de Ifema para la celebración del congreso, el líder popular ha tenido tiempo de meditar sobre el contenido y los cambios que deberán abordarse en él. «Conociéndole, no creo que se filtre ningún nombre antes de la celebración», explicaba este lunes uno de sus hombres de confianza. Lo que sí se conocerá la próxima semana es el equipo organizador de la cita. Los dirigentes que diseñarán el evento en estrecha colaboración con la dirección del partido.

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Un congreso que, como el mismo Feijóo confirmó este lunes, será extraordinario en lo formal porque no han pasado cuatro años desde el último, pero ordinario en su contenido, ya que habrá una ponencia de ideas y otra de estatutos, además de abordar cambios en la dirección que voces internas vienen reclamando desde hace meses. «Está claro que hace falta un impulso. Hay un parón en las encuestas y se necesita relanzar al partido pensando en los procesos electorales que tenemos por delante», explican a ABC fuentes del PP.

Una de las que reclamaban ayer la convocatoria del congreso, antes incluso de que se conociera la noticia del adelanto, era Isabel Díaz Ayuso. «En el momento en el que hay runrún conviene celebrarlo. Si no, al final pues opina aquí todo el mundo menos los protagonistas», señaló la presidenta de Madrid, cuyo peso dentro de la dirección -representado por las vicesecretarias Noelia Núñez y Paloma Martín- deberá ser revisado en el cónclave de julio. Sobre todo, porque resulta extraño que uno de los caladeros de votos más importantes del PP no cuente con ninguna figura en el primer plano del día a día del partido.

No es la única patata caliente que deberá abordar Feijóo de cara a esa cita de Madrid, en la que hay nombres que podrían cambiar de asiento y responsabilidades, como Miguel Tellado -actual portavoz en el Congreso-, Elías Bendodo -coordinador general-, Borja Sémper -portavoz del partido- o la secretaria general, Cuca Gamarra. Cambio de cromos que solo Feijóo sabe a día de hoy cómo gestionará, pero que irán encaminados a relanzar el partido pensando ya en clave electoral, después de una primera parte de la legislatura en la que se ha optado por un perfil más moderado, con la mano tendida al Gobierno en multitud de asuntos, y alejados del choque con Vox. De las personas que suenan con fuerza para asumir mayores responsabilidades está Ester Muñoz, vicesecretaria de Sanidad y Educación, que podría ocupar una de las portavocías, ya que sus apariciones tanto en la tribuna del Congreso como en la sala de prensa han causado muy buena impresión en la zona noble de Génova.

El movimiento de roles afectará con total seguridad a Esteban González Pons, oficialmente desde ayer nuevo jefe de la delegación del PP en Europa, cuyas funciones en la vicesecretaría institucional y de exteriores serán repartidas o asumidas por otra persona. Tareas pendientes que ocuparán parte del tiempo de Feijóo en las siguientes semanas, y que marcarán el devenir del PP de los próximos años.