El PNV evita el 'caso fontanera' y refuerza su relación con el PSOE

En el caso del BBVA, a diferencia de Kutxabank, donde el PNV mantiene actores clave, su desligamiento con la entidad no es nuevo. La fusión con Argentaria auspiciada por el Gobierno de José María Aznar a finales de siglo pasado, que daba al gigante bancario su nombre actual sumada a la que tuvo lugar en 1988 entre el Banco de Bilbao y el de Vizcaya, centró su actividad fuera del País Vasco de la mano de Francisco González, presidente hasta 2018 y ahora investigado en la Audiencia Nacional en el caso Villarejo.

«Aunque tenga su sede aquí, no se puede decir que sea un banco realmente vasco», afirmaba Aitor Esteban haciendo referencia a esta cuestión a principios de mayo. Marcaba por primera vez la posición de Sabin Etxea tras conocerse la «consulta pública» iniciada por Sánchez sobre la OPA al Sabadell. Esteban calificaba como «inusual» la estrategia del presidente del Gobierno, pero justificándola en que querría «dotarse de razones para tomar su última decisión». Palabras en línea con lo esgrimido por el lendakari Imanol Pradales, que aprovechaba la circunstancia para reclamar mayor capacidad de intervención del Gobierno vasco en operaciones de este tipo.

Conviene recordar dos movimientos de relevancia que el BBVA ha hecho en la región el último año, vinculados a los intereses de importantes figuras nacionalistas. Por un lado, su apoyo a la fundación del exlendakari Íñigo Urkullu, eAtlantic, donde Carlos Torres figura en el patronato como vocal titular representante del BBVA. También a la Alianza Finaciera Vasca impulsada por Pradales, uno de los principales pasos que ha dado el lendakari en materia económica, y donde el banco es una de las nueve entidades que forman parte. En este escenario, ex altos cargos de la entidad comentan que, más allá de los posibles recelos del nacionalismo con la actividad del BBVA, en la posición del partido prima la relación de dependencia con los socialistas, que les impediría adoptar posiciones en exceso críticas con Sánchez. Aquí es clave el hecho de que éste haya abierto las puertas a EH Bildu. No sólo en votaciones puntuales, sino también en instituciones como el Ayuntamiento de Pamplona, con unas elecciones autonómicas a la vista en 2027 donde el partido de Arnaldo Otegi se ve en disposición de dar el 'sorpasso' al PNV.

También en otras cuestiones como el apagón o el escándalo de Leire Díez el PNV se mueve con tibieza. En el primer caso, no ha habido por parte de Sabin Etxea una defensa clara y sostenida a Iberdrola, con gran ascendiente en el País Vasco y que vive un choque con Sánchez a cuenta de las causas del fundido a negro que vivió el país a finales de abril. El presidente fijó desde un primer momento su estrategia, protegiendo a Red Eléctrica y señalando a los «operadores privados». Sobre el tema, Aitor Esteban adoptó una postura intermedia, afirmando que no tenía sentido señalar a las eléctricas, ni tampoco al Gobierno.

En cuanto a Leire Díez en el PNV se hacen los extrañados. Una consigna que se repite al preguntar a distintos cargos del partido y el Gobierno vasco por la supuesta 'fontanera' de Ferraz. De hecho, tras estallar el caso, esta semana nacionalistas y socialistas han reforzado la imagen de cercanía en la región, con una novedosa comparecencia de Esteban y Eneko Andueza (líder del PSE para presentar una ley de medidas urgentes en materia de vivienda.