Jay-Z: el mayor imperio de la música se tambalea
La acusación de violación de una menor amenaza la fortuna de un rapero que hizo sus primeros billetes vendiendo droga en Brooklyn
Más problemas para Jay-Z: un rapero asegura ser su hijo, fruto de una relación con una menor de edad

Si hay alguien cercano a la realeza en la música de EE.UU., ese es Jay-Z. No hay quien se le acerque en su mezcla de éxito musical, impacto popular, influencia cultural y millones en el banco. El rapero neoyorquino forma la mayor ' ... power couple' -pareja de poder- del entretenimiento de EE.UU. con Beyoncé y ha labrado una fortuna musical y empresarial sin igual en el mundo de la música.
El imperio de Jay-Z, sin embargo, corre peligro. La cascada de escándalos sexuales de otra figura fundamental del 'hip hop' neoyorquino, Sean 'Diddy' Combs, le ha salpicado. Una mujer acusó a Combs en octubre de haberla violado en 2000, cuando tenía 13 años. Hace unos días, la demandante amplió la acusación a Jay-Z. Aseguró que la violación ocurrió después de unos premios de la cadena MTV en Nueva York y que había una tercera persona -una famosa de la que no dio el nombre- que se quedó mirando.
Jay-Z -su verdadero nombre es Shawn Carter- lo ha negado todo y ha arremetido contra el abogado que ha interpuesto la demanda. Pero este asunto turbio amenaza una posición de privilegio en la música y en los negocios construida durante cuatro décadas.
Hecho a sí mismo
De las calles de Bed-Stuy a lo alto de 'Forbes'
A Jay-Z, de 55 años, se le pueden discutir muchas cosas. Pero no que sea un hombre hecho a sí mismo. Se crió en un barrio duro de Nueva York, de esos en los que muchas vidas acaban en prisión o bajo tierra. Su hogar fueron las Marcy Houses, un complejo de viviendas sociales de Bed-Stuy, en Brooklyn. Aquí hoy todavía atrona el 'hip hop' por las ventanas de bloques que parecen más una cárcel que un hogar y los chavales se pasan la vida en la calle. Antes que con la música, ganó sus primeros billetes pasando 'crack' en la calle. Antes de que grabara una canción, le habían disparado tres veces. La primera vez que se escuchó su voz grabada soltando versos fue en un tema de su mentor, Jaz-O, en 1986. En su honor eligió su nombre de guerra, Jay-Z. Casi cuarenta años después, 'Forbes' sitúa su fortuna en 2.500 millones de dólares. Está en su lista de las personas más ricas del mundo dedicadas al entretenimiento -el primero es George Lucas, seguido de Steven Spielberg y de Michael Jordan- y es el que más dinero ha hecho saliendo del mundo de la música.
Talento y atrevimiento
Una carrera discográfica emprendedora y multimillonaria
La carrera de Jay-Z ha estado siempre dominada por dos planos: el talento musical y el atrevimiento empresarial. En los años noventa, en sus pinitos en el rap, iba por el barrio vendiendo CD grabados en casa y con el maletero del coche como tienda. Harto de que las discográficas no le hicieran caso, en 1995 creó la suya propia, Roc-A-Fella Records, con dos colegas. Dos años después, y con un disco de debut que funcionó muy bien, vendió la mitad a Def Jam por millón y medio.
Ese fue el germen de su imperio musical. Desde entonces ha grabado 13 álbumes y ha cosechado 24 'Grammy'. Está igualado con Kanye West como el rapero más galardonado en los grandes premios de la música de EE.UU.
Entre sus creaciones está 'Empire State of Mind', la canción que compuso e interpretó con Alicia Keys y que es un imperio en sí misma. Es la segunda de Jay-Z que tiene la calificación de diamante, según la RCAA. Desde su aparición en 2009 se ha convertido en un himno oficioso de Nueva York y no ha dejado de sonar ni de venderse.
Producción de música
Roc Nation y Tidal, nuevos territorios musicales para su negocio
Se calcula que Jay-Z ha vendido 140 millones de discos. En 2019 se convirtió en el primer rapero en alcanzar una fortuna de más de mil millones de dólares. Pero buena parte de su fortuna la ha hecho abriendo otros caminos en el cambiante sector discográfico. Roc Nation es el gigante de la música que sustituyó a Roc-A-Fella. El rapero la creó en 2008 y con ella se ha desparramado como productor (entre otros, ha lanzado la carrera de Rihanna), agente, distribuidor o promotor de conciertos y espectáculos. Por ejemplo, tiene un acuerdo desde 2023 para la producción del show del descanso de la Super Bowl, uno de los grandes acontecimientos musicales cada año (de momento, la NFL asegura que las alegaciones contra Jay-Z no han amenazado su relación).
También se metió en el negocio del 'streaming' con Tidal, una plataforma que puso en marcha con la participación de algunas grandes estrellas, como Madonna, Nicki Minaj o la propia Beyoncé. En 2021, se la vendió a Jack Dorsey, el fundador de Twitter y Square, por casi 300 millones de dólares.
Explora nuevos mercados
De champán a equipos deportivos, una ambición interminable
No hay sector, negocio o industria que intimide a Jay-Z. Buena parte de su fortuna se ha forjado fuera de la música, con inversiones y emprendimientos de todo tipo. Ha sido imagen de decenas de marcas. Ha invertido en champán y coñac de calidad. Fue accionista durante un tiempo de los Brooklyn Nets de la NBA, ha promocionado veladas de boxeo y se rumoreó que estuvo cerca de comprar el Arsenal F.C., de la Premier League. Desarrolló su propia marca de ropa, Rocawear, cuyos derechos vendió por 204 millones a Iconix (él siguió como accionista). Ha abierto clubes nocturnos de éxito como el 40/40 de Nueva York, con sucursales en otras ciudades del país. Ha vendido libros, perfumes y hasta puros habanos de la mano de Cohiba. Además de sus propias empresas, es un inversor ávido: se le han conocido participaciones en 45 compañías a través de Marcy Venture Partners.
A ese patrimonio descomunal hay que descontarle ahora cinco millones de dólares. Esa es la cantidad que se rumorea que se ha gastado en un nuevo anillo de compromiso para Beyoncé, en un intento de apaciguar los ánimos en medio de las acusaciones de violación.
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