El refugio de Joe Biden tras su diagnóstico de cáncer: su mujer, sus hijos y sus nietos
El expresidente de Estados Unidos reveló que tiene un cáncer de próstata metastásico
Joe Biden anuncia que tiene un cáncer de próstata «agresivo» con metástasis en el hueso
El pasado domingo 18 de mayo, un comunicado sacudió al mundo entero: Joe Biden, expresidente de Estados Unidos, ha sido diagnosticado con un cáncer de próstata en fase metastásica a los 82 años. La noticia, difundida a través de un escrito oficial, indicaba que el exmandatario y su familia ya se encuentran revisando «diferentes opciones de tratamiento con sus médicos».
El anuncio llega apenas unos meses después de que Biden dejara la Casa Blanca, tras las elecciones presidenciales de enero en las que Donald Trump (78) resultó elegido nuevamente como presidente del país. Desde entonces, el político demócrata ha optado por retirarse de la vida pública y rodearse de su núcleo más íntimo, encontrando en su familia el mayor apoyo para sobrellevar este duro trance de salud.
Uno de los grandes pilares de Biden es su esposa, Jill Biden (73), con quien lleva más de cuatro décadas de matrimonio. En su perfil de Instagram, el expresidente no oculta la importancia que su mujer tiene en su vida. «El cáncer nos toca a todos. Como muchos de vosotros, Jill y yo hemos aprendido que somos más fuertes en los lugares rotos. Gracias por levantarnos con amor y apoyo», escribió el exmandatario en las últimas horas, acompañando la publicación con una foto al lado de su mujer, dejando en claro que es su más grande apoyo.
No obstante, su historia de amor no ha estado exenta de tragedias. Antes de Jill, Biden estuvo casado con Neilia Hunter, con quien tuvo tres hijos: Joseph Robinette 'Beau', Robert Hunter (55) y Naomi. En 1972, un accidente de tráfico acabó con la vida de Neilia y la pequeña Naomi, de apenas 13 meses. Beau y Hunter sobrevivieron con heridas de gravedad. Fue un punto de inflexión que marcó profundamente la vida del entonces joven senador.
El destino volvió a golpear a la familia Biden en 2015, cuando Beau falleció a los 46 años a causa de un agresivo cáncer cerebral. Hoy, Hunter es el único hijo vivo del primer matrimonio de Joe, mientras que Ashley Biden (43), la hija que tuvo con Jill en 1981, completa el círculo familiar más cercano.
Hunter Biden ha vivido una existencia compleja, marcada también por las consecuencias de sus adicciones. Tras su divorcio de Kathleen Buhle, madre de sus tres hijas Naomi, Finnegan y Maisy, mantuvo una relación con Hallie Biden, viuda de su hermano Beau, la cual terminó con polémicas declaraciones judiciales. En un juicio celebrado el año pasado, Hallie testificó: «Fue una experiencia terrible de la que me avergüenzo. Lamento ese periodo de mi vida», relató sobre su adicción al crack, responsabilizando a Hunter de haberla introducido en dicha sustancia. Ese testimonio fue clave en el caso que derivó en la condena de Hunter por tres delitos relacionados con la compra ilegal de un arma de fuego en 2018.
A pesar de todo, Hunter ha intentado rehacer su vida personal. Está casado con la cineasta sudafricana Melissa Cohen, madre de su hijo Beau, y también es padre de Navy Joan Roberts, fruto de su relación con Lunden Roberts. Esta última hija es la menos conocida de la familia, hasta el punto de haber sido calificada por algunos medios como la 'nieta secreta' de Joe Biden.
Por su parte, Ashley Biden ha mantenido un perfil mucho más discreto. Trabajadora social de profesión y activista comprometida con la justicia social, desde 2010 mantiene una relación con el cirujano plástico Howard Kerin. En 2020, su nombre se convirtió en noticia tras el robo y posterior venta de su diario personal al grupo Project Veritas. El caso terminó con la confesión de culpabilidad de dos ciudadanos de Florida.
Así, mientras Biden encara la batalla más complicada de su vida, se encuentra arropado por una familia que ha atravesado múltiples adversidades y tragedias, pero que ha sabido mantenerse unida. Su esposa, Jill, sus hijos Ashley y Hunter, y sus nietos, entre ellos el recién nacido William, se han convertido en su refugio y fortaleza en un momento especialmente delicado.
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