sin punto y pelota
Ripoll, cuando el tabú estalla
Luchar por la libertad de expresión es ya la batalla
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En el Ayuntamiento de Ripoll, pueblo del grupo yihadista al que pertenecían los asesinos de 16 personas en Las Ramblas, no había símbolos que recordaran a las víctimas, ni ha habido concentraciones de repulsa en los aniversarios. El olvido se justificaba para no molestar a ... los musulmanes del municipio, no vayamos a caer en algo tan feo como la islamofobia. Lo contaba ayer en ABC Yolanda Ortiz, superviviente de aquella tarde trágica en Barcelona en la que pegó un empujón a su hijo para lanzarle fuera del recorrido de la furgoneta asesina. Cuenta Yolanda que no ha llevado muy bien lo de que algunos se refirieran a «esos pobres chicos»al hablar de los terroristas y del entorno, con imán incluido, en el que se radicalizaron. Pero no todos callaron en el pueblo. Silvia Orriols, la actual alcaldesa, de un partido nuevo independentista catalán, sí que señaló el caldo de cultivo del islamismo y, en las elecciones municipales de 2019, consiguió ser concejal y que los demás trazaran un gran cordón sanitario a su alrededor. Cómo se atrevía a señalar a los musulmantes cuando cometían algún delito, aunque continuamente haya quien apunte a los hombres, así, como colectivo, cada vez que uno mata a una mujer. Cuatro años después, Orriols es alcaldesa de Ripolls. Está claro que hubo muchas conversaciones ocultas en el municipio.
Suele pasar con los cordones sanitarios y los temas tabú. Ignorarlos o tachar de negacionistas, fascistas, racistas y machistas a quienes se atreven a cuestionar supuestos consensos no hace que desaparezcan de las conversaciones privadas o de los comentarios anónimos a las noticias de los periódicos. Eludir la discusión, como ocurre ahora con temas sobre los que se pone la etiqueta de desinformación, solo da alas a los reaccionarios. Suele ser para ellos –para mi, a veces– la prueba de que tienen razón con el argumento de que la seguridad y evidencia de tus razonamientos te debe permitir convencer con ellos y no prohibir los contrarios.
Por lo que pone en las redes sociales, Orriols es una reaccionaria de manual. Y una nacionalista que se ha posicionado en contra del uso del castellano en Cataluña. Seguramente sólo el no poder haber hablado en público de lo que era la comidilla en el pueblo haya sido el factor más importante de su éxito. Ya pueden los académicos y columnistas escribir millones de caracteres sobre el populismo y sus causas pero, a veces, son obvias. Para no lamentar el auge del iliberalismo hay que honrar al liberalismo y eso pasa por hablar de todo, con todos. Con principios cristalinos, valores claros y educación. Las creencias solo se sostienen con el ejemplo. Luchar por la libertad de expresión es ya la batalla, el ejemplo, que tienen que dar los liberales. Para evitar a reaccionarios. A la izquierda le queda el espacio de la censura, el cordón, la doble vara y convertirse así ellos en los pirómanos del populismo.
Ripoll es uno de tantos ejemplos. Ha pasado de hipótesis a realidad.
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