la suerte contraria
Agotados de esperar el fin
El neotradicionalismo –oxímoron– es la nueva turra 'woke'
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Dice Rafa Latorre que la relación que hay entre patriotismo y nacionalismo es la que hay entre apéndice y apendicitis. Sucede algo similar entre tradición y tradicionalismo. El tradicionalismo es una inflamación de la tradición, una hinchazón mórbida que la vulgariza, como la gaseosa al ... vino, como el sentimentalismo al sentimiento y como el progresismo al progreso. Yo respeto la tradición, cada vez más. Pero estoy cansado del tradicionalismo, esta obsesión de los jóvenes por reinterpretarlo todo y por decir a sus mayores que no tienen ni idea y que la dictadura, la autarquía y la pobreza estaban genial porque se compraban pisos con facilidad. El neotradicionalismo –oxímoron– es la nueva turra 'woke'.
No soporto este intento de romantizar el pasado, esta pulsión de sacralizar el decadentismo, la nostalgia y la pobreza idealizada. Parecen agotados de esperar el fin, que dirían Ilegales. Sobre todo, no comprendo que se hable del comunitarismo como edén, en lugar de como infierno. Dice Inés Hernand que «la familia es un concepto que hay que revertir como concepto tradicional para llevarlo al concepto de la familia que eliges». Yo no estoy de acuerdo con Inés. Pero tampoco creo que la familia sea por definición algo bueno. Hay familias formadas por auténticos hijos de puta, hay familias-cárcel y familias tóxicas. Hay familias geniales y familias de las que conviene huir tan pronto cumplas dieciocho. Hay familias refugio, familias violentas y familias con agresiones sexuales. Hay familias que acogen a los gays y otras que los machacan. Hay familias sagradas y familias repugnantes. Idealizar el concepto, sin más, y metérselo a patadas a la gente no cambia la realidad: nadie odia el pasado sin motivos.
Yo entiendo la familia como trampolín para que una persona se desarrolle, no como un agujero en el que pierde su libertad como individuo. Del mismo modo, entiendo la tradición como el conjunto de conocimientos que un pueblo ha adquirido, que es lo que crea la Cultura y que no difiere demasiado de la Ciencia, que es otra tradición, el conjunto de conocimientos que hemos adquirido sobre la base de la observación. Por eso, no todas las generaciones tienen que empezar de cero, como parecen decirnos los 'progres'. Pero tampoco hay que volver atrás en el tiempo, como dicen los 'regres'. Empezamos en el lugar en el que nos dejan los que se van, a nivel científico, cultural y político. No todas las generaciones tienen que votar la Constitución como no todas las generaciones tienen que descubrir la ley de la gravedad. Ya está hecho. Su 'diez' es nuestro 'cero'.
Pero sobre ese 'cero' hay que seguir progresando. Ese progreso será la tradición de los que vengan detrás, como nuestra tradición es el resultado del progreso de las generaciones previas. Apoyarse en la tradición para seguir, ese es el sentido correcto de la historia. Verla como un ancla que te fija a un absoluto es solamente un atentando contra la inteligencia. Vamos, la diferencia que hay entre tener meninge y meningitis.
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