Para 4
1.20€/pers.
400kcal/100g
Ingredientes
- 500 g. de harina de trigo
- 250 ml. de agua tibia
- 10 g. de sal
- 10 g. de azúcar
- 7 g. de levadura seca
- 50 ml. de aceite de oliva virgen extra
- 150 g. de mozzarella
- 150 g. de jamón cocido
- 100 g. de salsa de tomate
- Aceite para freír (abundante)
Imagínate que estás en Nápoles, pero en lugar de pedir la típica pizza Margarita, te decide por algo un poco más travieso: ¡un calzone frito! Qué puede salir mal cuando algo se fríe, ¿verdad? Esa masa crujiente por fuera, suave por dentro, con el queso derretido y el jamón cocido, todo bien calentito. No es exactamente lo que pedirías cuando estas cuidando la dieta, pero oye, la vida es demasiado corta para resistirse a estas tentaciones de vez en cuando y el calzone está delicioso.
El calzone es una creación napolitana, pero lo que muchos no saben es que originalmente nació como una especie de «pizza para llevar». La idea era simple: meter los ingredientes de una pizza dentro de una masa doblada para que fuera fácil de transportar y comer sin ensuciarse tanto. Vamos, una especie de bocadillo con esteroides, porque ya sabemos que los italianos no hacen las cosas a medias.
El calzone frito es una versión más reciente y es típico en las calles del sur de Italia, especialmente en Nápoles y Sicilia. Y como todo lo que se fríe, tiene ese toque irresistible. Algunos le añaden ricotta, otros carne picada, e incluso hay quien lo rellena de espinacas para sentirse un poco menos culpable. Si este calzone frito te ha despertado el gusanillo, tengo dos recetas que seguro te van a encantar y que siguen un poco la misma línea de tentaciones irresistibles como las empanadillas criollas o las empanadas argentinas, o también el bocadillo de ternera o steak sandwich. Después de todo este festín de ideas, vamos a lo que nos ocupa hoy: ¡preparar ese calzone frito!
Receta de calzone frito

Elaboración paso a paso
- Empezamos preparando la masa, porque ya sabes, sin una buena base, no hay calzone que valga. En un bol grande, mezclamos la harina con la sal y el azúcar.
- Mientras tanto, disolvemos la levadura en el agua tibia y la dejamos reposar unos minutos hasta que se active.
- Luego, la añadimos a la mezcla de harina junto con el aceite de oliva. Nos ponemos a amasar, que aunque parezca pesado, es la clave para que la masa quede suave y elástica. Esto nos llevará unos 10 minutos, pero te prometemos que vale la pena el esfuerzo.
- Una vez que la masa esté bien amasada y no se pegue a los dedos, la tapamos con un paño limpio y la dejamos reposar en un lugar cálido durante al menos una hora. Esto le dará tiempo para subir y duplicar su tamaño, y es justo lo que necesitamos para que el calzone sea esponjoso por dentro.
- Mientras la masa reposa, aprovechamos para preparar el relleno. Cortamos la mozzarella en trozos pequeños y el jamón cocido en tiras. Ponemos la salsa de tomate en un bol aparte, lista para untar. Aunque nos complicamos con más ingredientes, lo clásico y sencillo es lo que realmente triunfa en este caso.
- Una vez que la masa ha subido, la dividimos en porciones, según cuántos calzones queramos hacer. Con un rodillo, extendemos cada porción en forma de círculo. ¡Ahora viene la parte divertida! En una mitad del círculo, ponemos una cucharada de salsa de tomate, unos trozos de mozzarella y un poco de jamón cocido. Doblamos la masa por la mitad, sellando bien los bordes para que no se salga el relleno al freír.
- Calentamos el aceite en una sartén grande a fuego medio. Necesitamos suficiente aceite para que los calzones queden bien sumergidos. Cuando el aceite esté caliente, con mucho cuidado, freímos cada calzone hasta que estén dorados por ambos lados. Esto suele llevarse unos 5-6 minutos, pero depende del grosor de la masa. Importante: no pongas el fuego demasiado alto o la masa se dorará por fuera, pero quedará cruda por dentro.
- Sacamos los calzones y los dejamos reposar unos minutos en papel absorbente para eliminar el exceso de aceite. Aunque es tentador hincarles el diente enseguida, te recomiendo que esperes un poquito para no quemarte con el queso derretido.

Consejos para un calzone frito perfecto
- La masa es la clave: Asegúrate de amasarla bien y darle suficiente tiempo para reposar. Si quieres una textura más ligera, puedes sustituir parte del agua por leche.
- El aceite: Utilice un aceite que soporte bien las altas temperaturas, como el de girasol o el de oliva suave. No frías a fuego muy alto, porque podrías acabar con un calzone quemado por fuera y crudo por dentro.
- Variantes: Si eres vegetariano o simplemente quieres probar algo distinto, puedes rellenar el calzone con espinacas, champiñones o incluso un poco de ricotta. Todo depende de lo que te apetezca.
- Puedes cambiar el relleno según lo que tengas en la nevera o lo que más te guste. Hay quien le añade salsa bechamel, otros se lanzan con un relleno de pollo y champiñones, y hay versiones más gourmet con quesos como el gorgonzola o incluso embutidos como la mortadela. ¡Imaginación al poder!
- Un dato curioso es que, en algunos sitios de Italia, sobre todo en el sur, los calzones se rellenan con ingredientes dulces, como crema de chocolate o ricotta con azúcar. Aunque a mí me encanta la versión salada, no te voy a mentir: uno de chocolate frito también tiene su encanto.
Hemos trabajado 3 horas y 50 minutos para que disfrutes esta receta. ¿Cómo se calcula?
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