El flan de huevo es una de esas delicias que o aprendes de hacer desde pequeño mirando a las tías o abuelas o te da la sensación de que es muy difícil y sólo lo disfrutas cuando vas a un restaurante. Pero la verdad sea dicha el flan casero es muy, muy sencillo y económico.
Es uno de esos postres que siempre apetece y nunca pasa de moda. Y, con todos estos consejos que te daré hoy, enseguida subirá en tu ranking de “recetas que me salen de maravillas”. Vamos a por él.
La receta básica
El comienzo de todo buen flan es muy sencillo. Si tienes azúcar, huevos y leche en casa, tienes la base de un gran flan.
1 huevo, 100-125 ml de leche y 25-30 g de azúcar. Ahí tienes una proporción básica para empezar a trabajar y adaptar las cantidades dependiendo del número de flanes que quieras hacer. A partir de aquí comienza el juego de los sabores y aromas que quieres para tu flan: vainilla (en esencia o natural, directamente de la vaina), cáscara de limón o naranja, café, ¡incluso dulce de leche o chocolate! ¡De todo!
Por supuesto no puede faltar el caramelo en la base de flan para que tenga una superficie dorada y muy vistosa que es una de sus señas de identidad más clásicas. Preparados, listos… ¡ya! Comienza el flan
Antes que nada, ten a mano todos los ingredientes. Como vamos a empezar con el caramelo, es mejor que los más peques de la casa estén lejos de los fogones. Ya los llamaremos para desmontar estas delicias.

El caramelo
- En un cazo pequeño, coloca azúcar y unas gotas de agua; y calienta a fuego alto. A medida que los ingredientes vayan cogiendo temperatura verás que el azúcar comienza a fundirse y a cambiar de color. Extrema los cuidados en la cocina. El caramelo puede provocar quemaduras muy graves. Pero si estás atento y tranquilo y sigues estos pasos con cautela, todo irá fenomenal.
- No hace falta que remuevas, el azúcar irá fundiéndose sola. A lo sumo, puedes mover un poco el cazo para que la cocción sea pareja. Pero nada más. ¿Cuándo estará listo? Cuando el líquido empiece a tornar a un color ámbar. Apártalo del fuego. Cuidado que quema.
- Prepara los moldes de tus flanes, vierte un poco de caramelo y mueve el molde para que toda su pared quede cubierta con el líquido. Déjalo estar.
- Enciende el horno y ponlo a 150º C, que seguimos con el próximo paso.





El corazón de tu flan. Preparación
Aromatizar la leche
- Ahora sí, nos centramos en la preparación principal. En un cazo, vierte la leche y ponla a fuego medio-bajo, que se tome su tiempo antes de calentarse demasiado.
- Aromatízala con tu ingrediente estrella: abre la vaina de vainilla y raspa su interior para obtener todo su sabor o el extracto de vainilla. También puedes aromatizar con cáscara de limón o naranja. Una vez que la leche llegue al punto de ebullición, apártala del fuego y déjala que atempere.
- Una vez que esté tibia, agrega el azúcar. Por supuesto, si habías usado cáscaras de algún cítrico en vez de ralladura, quítalas antes. Mezcla todos los ingredientes y déjalos estar mientras continuamos.






Los huevos
- En un bol, rompe todos los huevos de tu preparación. Bátelos, pero no hace falta que se espumen. Incorpora el azúcar y revuelve hasta que esté disuelta por completo. Cuando la leche esté templada (tirando a fría) incorpórala a la preparación.
- Asegúrate de que la leche no está caliente porque si no cuajará el huevo y te quedará una especie de tortilla francesa… y no es lo que quieres. Mezcla todos los ingredientes suavemente, recuerda que no quieres que se forme espuma. Mientras tanto, pon agua a hervir. Pasa la mezcla por un colador para que tenga una textura pareja y distribúyela en los moldes previamente acaramelados.


Horneado al baño María y presentación
- Distribúyelos en una fuente de horno alta. Cuando el agua esté caliente, viértela sobre la fuente. cubriendo hasta la mitad de los moldes. ¡Sí! Es un baño María al horno. Y esto nos asegurará que el flan quede con esa textura tan característica. Puedes cubrir los flanes con papel aluminio. Pero no te olvides de retirarlo 10 minutos antes de finalizar la cocción.
- Pon todo en el horno y déjalo allí unos 35 minutos. Vigila que el agua no toque el flan y que siempre hay suficiente líquido. Una vez transcurrido ese tiempo, comprueba si el centro de tus flanes está listo. Para hacerlo, bastará con introducir un cuchillo o palillo hasta el centro. Si sale limpio, están listos.
- Con cuidado, coloca las flaneras fuera del agua y deja que enfríen. Luego, a la nevera. Cuando estén bien fríos es hora de desmoldarlos. Invierte el molde sobre el plato en que vas a servir tu flan. Puedes rodear el borde con un cuchillo para asegurarte que desmoldará perfectamente.
- Decora con dulce de leche, crema chantillí, unas hojitas de menta o aprovecha para darle un toque de color con unas frambuesas, por ejemplo. ¡Usa tu imaginación para combinar con el sabor de tu flan!

¿Qué puede salir mal?
Como has visto, hacer flan es muy sencillo. Pero es lógico que tengas algunas dudas en tus primeras incursiones a este postre.
- Revolver o no el caramelo. Coloca unas tres cucharadas de azúcar y unas gotas de aguas y espera que el calor haga su magia. Si revuelves, lo más probable es que el azúcar se apelmace. No es buena idea.
- El punto del caramelo. En cuanto veas que empieza a burbujear y que va teniendo un color ámbar, es hora de apartarlo del fuego. Ahí sí puedes revolver con una cuchara de madera, si hiciera falta. Si el caramelo se quema, en vez de ese sabor dulce que esperas encontrar tendrás un amargor que no combina para nada con tu flan.
- Puedes agregarle unas gotas de limón para lograr ese brillo envidiable de los caramelos profesionales. La verdad es que siendo una preparación tan sencilla, no vale la pena usar caramelo líquido envasado. Y que sepas que puedes conservarlo en la nevera por 3-4 días sin problemas. Eso sí, ¡si puedes controlarte!

Mi flan no tiene ojos, ¿está mal?
Es una gran polémica en todas las cocinas: ¿el flan debe tener ojos (esa especie de huequitos) en su interior? Mientras los expertos se ponen de acuerdo en el rey de los flanes, te pregunto ¿esos huequitos intervienen en el sabor? No, realmente. Muchas veces son la seña de identidad de un flan casero.
¿Por qué se forman?
Aquí los expertos tampoco se ponen de acuerdo. Por un lado, algunos afirman que se producen porque al batir los huevos enérgicamente se forma esa espuma que luego, a baño María, se convierten en burbujas de aires en tu preparación.
Otros aseguran que sin importar tu ímpetu al batir los huevos, esos agujeros se forman en las cocciones a temperaturas muy altas. Y aquí la explicación sería que durante la cocción en el horno muy caliente las burbujas del interior del flan no tienen tiempo de romperse.
En algunas de las variantes de las recetas de flan, como las que usan leche de coco, nata o lechen condensada también se forman. Y éstos no suelen estar hechos a baño María. Así que el veredicto está aún por dictarse.
Otros flanes para probar

Flan de coco
El flan de coco es una delicia. Partiendo de la base original (huevos, leche y azúcar). Para esta belleza culinaria reemplazamos la leche de vaca por crema condensada y leche coco.

Flan de naranja
Este flan de naranja es muy especial y aromático. Puedes decorarlo con granas de chocolate amargo para jugar con el contraste de sabores y texturas.

Flan de castañas otoñal
Cuando llega el otoño, la casa huele a castañas asadas y a este flan que es muy especial.

Flan de café
El flan de café es espectacular y diferente.

Flan de turrón
Y cuando llega la Navidad en casa siempre hay hueco para este flan de turrón que, además, puedes hacer sin horno. Ideal para cuando estás preparando esas grandes comidas y tienes el horno ocupado asando pavos y jamones.


Flan de queso
El flan de queso no puede faltar. Esta es una de las recetas de postre hecho con huevo y queso que más gusta a niños y mayores.
Aquí te dejo otro de mis flanes favoritos sin horno. Aunque este suele caer en verano cuando apetecen las cosas fresquitas https://www.recetasderechupete.com/flan-de-huevo-sin-horno/25898/

Flan de leche condensada
Y si te preguntas por la mejor receta de flan de toda España, enseguida te responderán: Es el flan de La Primera, el restaurante madrileño de Paco Quirós que lleva nata líquida, leche condensada y está aromatizado con piel de naranja y limón. ¡Ni te imaginas cómo huele la casa cuando lo prepararas!
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