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La intrahistoria de 'La Victoria del Padre': lo que inspiró el Porvenir lo devolvió San Benito

Javier Luceño imaginó la marcha más tocada del año por la Encarnación, una banda que quiso brindarle un homenaje sorpresa el Martes Santo a su autor, emocionado en directo por semejante detalle

El público se concentra al paso de San Benito por la Cuesta del Rosario obligando a cerrar la calle

Sagrada Presentación de Jesús al Pueblo de San Benito el pasado Martes Santo Manuel Gómez / ABC
Ignacio Liaño Bernal

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En una chicotá caben mil universos. Un mundo de ida y vuelta repleto de aplausos. De algunos abrazos y de oraciones que no se ven, pero que se sienten. También de historias que no trascienden hasta que el tiempo y la forma les hace cobrar vida casi por arte de magia sin esperarlo. Es por ejemplo la de un pasaje del misterio de San Benito en su discurrir el pasado Martes Santo, cuando Poncio Pilatos entregaba al Hijo de la Encarnación antes de conquistar la cima de la Costanilla, a la altura de los metros finales de la Cuesta del Rosario, en la que venía con las manos atadas el Señor de los codos vencidos a entregarse sin remedio a Sevilla. No habían salido el Dulce Nombre, la Candelaria, San Esteban ni los Estudiantes, así que allí que andaba la capital y media. Y todo parecía indicar que era una chicotá más, una de las más esperadas por el público allí congregado, hasta que un abogado sevillano apasionado por la música cofrade veía con sus propios oídos, y no es un decir, desde un balcón aledaño, que la Agrupación Musical Nuestra Señora de la Encarnación interpretaba la marcha que él mismo inspiró un día: 'La Victoria del Padre', dedicada originalmente a Nuestro Padre Jesús de la Victoria de la hermandad de la Paz, en cuya junta de gobierno figura Javier Luceño, autor de una de esas estampas inenarrables que nos regala la vida, que son siete días cada Semana Santa.

La marcha supera ligeramente los cuatro minutos de duración y es del más puro estilo al que se asemeja esa banda sevillana que es la Encarnación, con quien guarda por cierto Luceño innumerables lazos de amistad y confraternización por razones obvias. Su compositor en la técnica del pentagrama fue en realidad Javier Cebrero, director musical de Virgen de los Reyes, pero lo cierto es que el alma de los acordes pertenece a la devoción que Luceño siente por su propia hermandad del barrio del Porvenir. A este periódico añade que desde su modesto punto de vista, quiso hacerle llegar a Cebrero lo que para él suponía en su vida ese nazareno sevillano que aún no ha caído por el peso del madero, aliviado quizá porque la que lo sigue es la que envidian tantas plazas y parques: «Lo llevé a la parroquia, porque como ellos tocan normalmente el Domingo de Ramos a Jesús Despojado, para que viera la imagen, y él quedó muy impresionado», afirma.

«En principio iba a titularse 'La mirada del Padre', pero lo cambié por 'La Victoria del Padre', para hacerle un guiño a la Paz. Creo que es uno de los grandes desconocidos, y es una talla portentosa que no se parece a ninguna imagen», subraya. Desvela este abogado de profesión con un oído privilegiado que las primeras notas le llegaron como el que espera una ola en la orilla: «En los meses de verano, con largas conversaciones con Cebrero compartiendo ideas y melodías, nacieron las primeras notas de la marcha». Se estrenó el pasado año 2024 y no pudo tener más éxito desde entonces. Sevilla comenzaba a repartirse las notas de una sintonía que ya estaban adoptando buena parte de las cofradías. Lo que Luceño no esperaba ni mucho menos era que un año después, la victoria la acabaría cantando San Benito. Porque acogió con semejante cariño la pieza musical la Agrupación Musical Nuestra Señora de la Encarnación que ésta decidió merced a sus músicos y su director dedicarle un homenaje al autor de la idea a la altura de su casa cuando llegaba el misterio de la Sagrada Presentación de Jesús al Pueblo.

«Yo siempre soñé con el Pilatos»

El vídeo que preside la información sirve de prueba para ver cómo la emoción hizo el resto cuando resonó por el centro de la ciudad 'La Victoria del Padre'. «Me hacía ilusión que tocaran algo de mi hermandad, y sin comerlo ni beberlo pasaba el Pilatos. Fue muy emocionante, no me lo esperaba para nada. Con lo cuadriculado que iba con sus marchas... esto son cosas de la religiosidad popular», indica, no sin mostrar su agradecimiento a todas las partes implicadas en la realización de semejante regalo, que a priori pasó desapercibido por los presentes hasta que el secreto se descubre hoy. También al director de la banda, Ángel Rodríguez: «Les escribí un mensaje y resulta que ha sido la marcha más tocada por Encarnación, o eso vi en sus redes sociales. Todos tenemos algunas imágenes o misterios con los que soñamos. Todos hemos sido niños, y todos hemos jugado en la infancia con algún paso de misterio. Yo siempre soñé con el Pilatos que, para mí, es el misterio más sevillano de la Semana Santa», zanja, orgulloso. Igual que se mostró el Martes Santo cuando cómo lo que inspiró el Porvenir lo devolvió San Benito.

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