Fumar marihuana aumenta el tamaño del pene: así ha colado Tamayo un estudio falso a varias revistas científicas
El creador de contenido y periodista ha realizado el experimento para advertir de los riesgos de la desinformación
Logró divulgar una investigación inventada en varias revistas académicas, con datos absurdos y coautores que son jerbos, para denunciar el negocio de las 'predatory journals'
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Un estudio científico que aseguraba que fumar marihuana hacía crecer el pene en más de dos centímetros ha sido publicado en varias revisas académicas internacionales. Pero todo es falso: los datos, las universidades, los autores e incluso las conclusiones. Se trata de un experimento social ideado por el periodista y el creador de contenido Carles Tamayo y su equipo para denunciar el funcionamiento de las llamadas 'predatory journals', publicaciones científicas que aceptan artículos sin ningún tipo de revisión a cambio de una tarifa.
El trabajo, titulado en inglés 'The Perceived Effect of Cannabis Use on Penile Growth in Humans', fue enviado a varias de estas revistas y aceptado por seis de ellas. Finalmente, llegó a publicarse en tres revistas. El contenido del artículo era completamente ficticio: incluía datos inventados sobre más de 10.000 hombres jóvenes de El Palmar de Troya, un pequeño pueblo sevillano de apenas 3.000 habitantes, y sostenía que quienes fumaban cannabis a diario experimentaban un crecimiento promedio de 2,54 centímetros en el pene.
A pesar de la evidente falta de rigor, el artículo se publicó sin ninguna correción ni solicitud de verificación. Las incoherencias eran deliberadas: los autores inventaron universidades como la Universidad Central de Charlatanería de Cochabamba y la Universidad de Jerbos Independientes de Siberia, esta última representada por dos roedores ficticios —Wilfred el jerbo y Richmond el jerbo— que figuraban como coautores del estudio.
«Los datos han sido falsificados, nuestros encuestados son producto de nuestra imaginación»
Incluso se incluyó una afirmación absurda: el supuesto efecto del cannabis era mayor si la droga se pagaba con objetos no monetarios, especialmente cromos de Dragon Ball. Una frase del artículo decía textualmente: «Los datos de este artículo han sido falsificados, ya que nuestros encuestados son producto de nuestra imaginación». Aun así, las revistas científicas aceptaron su publicación.
El experimento ha sido documentado en un reportaje del programa 'Futuros Imperfectos' de RTVE y en el canal de YouTube de Tamayo, donde se muestran todos los pasos del proceso, desde la redacción del artículo hasta su publicación. El objetivo del equipo de periodistas era evidenciar cómo ciertas revistas que presumen de ser científicas en realidad operan como un negocio, aceptando cualquier contenido mientras se paguen las tasas correspondientes.
El texto decía que el supuesto efecto del cannabis era mayor si la droga se pagaba con objetos no monetarios, especialmente cromos de Dragon Ball
Estas 'predatory journals' representan una amenaza para la ciencia y la salud pública. Permiten la difusión de información falsa con apariencia académica, que puede ser utilziada para justificar terapias pseudocientíficas, productos milagro, cosméticos sin base clínica o incluso políticas públicas basadas en estudios fraudulentos. En palabras del propio Tamayo, «cualquiera con 80 dólares y un documento en inglés técnico puede publicar lo que quiera en algunas de estas revistas».
Con el apoyo de un científico que ya coló una pseudociencia
Tamayo es un periodista de investigación conocido por infiltrarse en sectas como la del Santo Daime o El Palmar de Troya. En esta ocasión ha contado con la colaboración de Fernando Cervera, divulgador científico que ya en 2014 creó el «fecomagnetismo», una terapia falsa basada en heces humanas, para demostrar hasta qué punto puede colarse la pseudociencia si se adorna con tecnicismos.
El artículo del pene y el cannabis no es solo una broma: es una llamada de atención. Tamayo y su equipo denuncian que el sistema de publicación científica está siendo utilizado por quienes buscan dar legitimidad a informaciones falsas. El experimento es, en palabras de sus autores, una herramienta de «pedagogía crítica» para alertar sobre la pseudociencia y la importancia de la revisión por pares real.
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