Una ‘ruta oculta’ del Pirineo de Huesca para disfrutar en familia
Cerca de la frontera entre España y Francia, en Huesca, la ruta por el espectacular valle de la Barrosa ofrece una experiencia para todos los públicos

Acaba de cumplirse un siglo de la muerte del infatigable parisino Lucien Briet , con quien los amantes de la naturaleza pirenaica hemos contraído una deuda impagable. Fotógrafo, naturalista y divulgador, sus numerosos viajes a este lado de la cordillera y su insistencia para ... salvar los tesoros ecológicos de la depredación humana fue clave no solo para la creación del Parque Nacional de Ordesa el 16 de agosto de 1918, sino para el conocimiento y la protección de ese espinazo montañoso que esconde joyas ‘ocultas’, todavía poco pisadas por el turismo masivo, como es el caso del Valle de Barrosa .
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Hay quien piensa que este lugar -como Bujaruelo, Otal, la Sierra de Espierba o las lagunas de La Munia, por citar algunos ejemplos-, merecería formar parte del mapa del parque. Por ahora ofrece una ruta de las consideradas ‘ocultas’ , ya que la mayoría de los senderistas enfilan hacia los hitos más famosos del norte de Huesca, como el cercano Valle de Pineta, capaz de eclipsar a cualquier vecino. La excursión que proponemos, tolerada para todos los públicos (poco más de 6 kilómetros entre ida y vuelta y unas tres horas de marcha tranquila, con un desnivel de 350 metros), discurre por una pista ancha rodeada de un bosque de pinos en su tramo inicial -donde están las cuestas más pronunciadas- y un sendero que es una auténtica delicia, pegado al arroyo de Barrosa, para desembocar en un espectacular circo glaciar cuya irrupción recompensa todos los pasos dados.
Minería de montaña
La aproximación a este rincón oscense remite a los tiempos en que no había grandes aparcamientos ni lanzaderas para visitar los templos naturales. En el kilómetro 88 de la carretera A-138, pasado Bielsa (y poco antes del túnel que conduce a Francia), parte a la izquierda la pista forestal, no apta para el tránsito de vehículos. Hay que aparcar justo al inicio; no hay mucho espacio, pero 500 metros antes, junto al arcén derecho, se abre una mínima explanada como alternativa para gestionar este asunto.

Los depósitos minerales del valle fueron explotados desde la antigüedad hasta principios del siglo XX. Esta minería de montaña se convirtió en motor económico en la comarca de Bielsa, y todavía es posible visitar vestigios en Parzán (casa de los ingenieros, barracones, talleres, lavaderos...). A lo largo de la ruta hay paneles que explican esta industria local y también algunas ruinas, como la estación inferior del teleférico. Tras superar el tramo más empinado, las vistas sobre la vertiente este del macizo de La Munia , con sus paredes verticales y cumbres que superan los 3.000 metros, es impresionante. La ribera del río ofrece frescos rincones para tomar un refrigerio. Un refugio en buen estado de revista -bien para pernoctar o para tener un techo en caso de tormenta- marca el final de nuestra caminata (nos queda el regreso), salvo que alguien con más ambición y piernas quiera alcanzar el puerto de Barrosa, a 2.534 metros, o incluso ir más allá.
Según avanzamos los pinos empiezan a perder envergadura y se dispersan, mientras la geología reclama su protagonismo : grandes bloques de piedra que, si pudieran hablar, nos contarían los cataclismos de los que fueron testigos. La magnificencia y soledad del decorado invitan a la contemplación sin prisas: prestando atención, es probable que sorprendamos a alguna marmota husmeando fuera de sus refugios de roca o sus madrigueras en la pradera -lo habitual es que primero nos alerte su silbido o ladrido agudo-, algún sarrio desafiando la gravedad en las laderas de los farallones o, recortándose en el cielo, la silueta de un quebrantahuesos.
Bielsa y el Valle de Pineta
Dejemos que, por una vez, el actor principal tenga un papel secundario. Muy cerca de nuestra ruta está el monumental Valle de Pineta, uno de los argumentos del Parque Nacional de Ordesa, con varias alternativas que van desde la asequible excursión a los Llanos de La Larri hasta la vertiginosa ascensión al Balcón de Pineta para contemplar el glaciar del Monte Perdido (¿nos sobrevivirá esta reliquia geológica?) y el lago Marboré. Más información sobre estas rutas cercanas a Bielsa y algunas más por las aldeas de montaña, en www.bielsa.com
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