Comienza el alto el fuego entre Israel e Irán, con dudas sobre su cumplimiento: «Por favor, ¡no lo violéis!»

Pero salió el sol en los dos países en guerra y no estaba claro si, pese a las muchas celebraciones por parte de Trump sobre la llegada de la paz, eso supondría el fin de las hostilidades: ninguno de los dos bandos fueron claros sobre su aceptación del alto el fuego anunciado por el presidente de EE.UU. y los ataques cruzados se mantuvieron hasta el punto de la mañana y quizá más allá del momento del comienzo de la tregua establecido por Trump.

Para empezar, Israel ha expresado este martes de forma oficial la confirmación de que ha aceptado el alto el fuego. Por parte de Irán, la información de más alto nivel al respecto llegó por parte de su ministro de Exteriores, Abbas Araghchi, que habló de su intención de parar los ataques de manera poco concluyente a través de mensajes en la red social X. Primero, Araghchi dijo que «no hay acuerdo para ningún alto el fuego o cese de operaciones militares», pero acto seguido apuntó: «Pero si el régimen de Israel detiene su agresión ilegal contra el pueblo de Irán no más tarde de las 4 de la mañana de Teherán, no tendremos intención de continuar nuestra respuesta después». La hora que refería eran las 20.30 del lunes en Washington, 02.30 de la mañana del lunes en España. Es decir, antes de la prevista entrada en vigor del alto el fuego.

Pero los ataques siguieron mucho después. Durante la noche, Teherán sufrió una de los bombardeos más intensos por parte del ejército de Israel desde el comienzo de la guerra, hace doce días. Irán, por su parte, había lanzado al menos cuatro oleadas de misiles contra Israel. Al menos uno de ellos impactó en una zona residencial de la localidad israelí de Beersheba. Allí se registraron al menos cuatro fallecidos y ocho heridos.

Todo ello en medio de confusión y dudas sobre si los misiles de Irán y los ataques de Israel habían respetado los horarios impuestos por Trump y qué consecuencias tendrá durante el resto del martes, en una tregua que nacía con gran fragilidad.

Mientras faltaba claridad sobre si las partes cumplían con su alto el fuego, Trump insistía en celebrarlo: «Israel e Irán vinieron a mí, casi simultáneamente, y dijeron '¡paz!'», contó a última hora del lunes, mientras en Oriente Próximo las hostilidades seguían en pie. «Ambos países disfrutarán de mucho amor, paz y prosperidad en el futuro», auguró. De momento, lo que les une es una tregua que ambos gobiernos tratan de vender como un triunfo y que pende de un hilo.

Pero el propio Trump dejó claro en un mensaje entrada la madrugada que él también albergaba dudas sobre el cumplimiento: «El alto el fuego ha entrado en vigor», dijo algo más de una hora después del momento que él marcó para su comienzo. «Por favor, ¡no lo violéis!»