Muere en Italia un adolescente enfermo de cáncer después de que sus padres decidieran retrasar el tratamiento de quimioterapia
Se ha abierto una investigación a los progenitores por homicidio voluntario del niño de 13 años
Muere un niño de dos años olvidado por su padre de acogida en el interior de un coche en Linares

Sus padres se negaron a seguir los consejos médicos, lo que impidió que su hijo de 13 años con cáncer recibiera la atención adecuada y, potencialmente, se salvara. Tras la muerte del adolescente, sus padres, ambos de 50 años, residentes en Vicenza, al norte de Italia, están indagados por homicidio voluntario.
Este caso, que conmociona a Italia, reabre el debate sobre hasta qué punto las creencias personales pueden anteponerse al derecho a la vida de un menor. Al mismo tiempo ha creado rabia en la profesión médica que señala la influencia de las noticias falsas en la medicina.
«Falta de intervención temprana»
El adolescente fue diagnosticado con un tumor en 2024. Según informes del Hospital San Bortolo de Vicenza, los oncólogos recomendaron de inmediato un protocolo de quimioterapia. Sin embargo, los padres optaron por retrasar el tratamiento. La situación llegó a oídos de los servicios sociales del municipio, quienes alertaron a la Fiscalía de Menores. Un perito designado por el fiscal visitó al menor y concluyó en un informe contundente: «No se administraron las terapias necesarias en el tiempo adecuado». Para entonces, el cáncer ya se había extendido.
El joven falleció en enero de 2025, y la causa de muerte fue registrada como «complicaciones oncológicas por falta de intervención temprana». La fiscalía de Vicenza abrió una investigación por homicidio voluntario. Los abogados defensores, Jacopo y Lino Roetta, rechazan la acusación: «Esta pareja ya cumple una condena perpetua: vivir sin su hijo. La justicia no puede añadir más dolor». Aseguran que los padres siguieron «terapias alternativas» no especificadas, aunque no hay registros de que estas fueran supervisadas por médicos.
Una historia parecida en 2018
El drama de Vicenza evoca otro precedente judicial que marcó un hito en Italia: el de Eleonora Bottaro, una joven de Padua que murió en 2016 a los 18 años tras rechazar la quimioterapia para tratar una leucemia linfoblástica aguda. Sus padres, Lino Bottaro y Rita Benini, seguidores del controvertido 'método Hamer', que atribuye el cáncer a traumas emocionales, optaron por tratarla con cortisona, vitamina C y agujas de acupuntura. Eleonora tenía un 80% de probabilidades de supervivencia, según el profesor Giuseppe Basso, oncólogo del Hospital de Padua. El tribunal de Venecia les retiró la custodia, pero la familia huyó a Suiza para evitar el tratamiento. Cuando regresaron, la enfermedad era terminal. En 2020, los padres fueron condenados a dos años por homicidio culposo, un fallo que dividió a la opinión pública entre quienes defendían la libertad de elección y quienes exigían responsabilidad penal.
Críticas de la comunidad médica
Ahora, la muerte del adolescente de Vicenza ha reavivado las críticas de la comunidad médica hacia las terapias no validadas. Matteo Bassetti, famoso infectólogo del Hospital San Martino de Génova, publicó un durísimo y clarificador post en la red social X: «Hemos llegado a un punto de no retorno en este país: hay demasiada ignorancia en el tema de la salud y hay tantas personas que sufren daños o mueren debido a la difusión de noticias falsas. Esto es especialmente cierto en el caso de los padres que deciden no tratar a sus hijos con las terapias oficiales contra el cáncer, sino seguir a algún personaje que les convence de que pueden curarse con caca de cabra o lámparas de sal. La historia de Vicenza es muy triste, en la que una vez más los más débiles han pagado el precio». El médico genovés extiende su crítica a la homeopatía y a la reticencia a la vacunación, subrayando la necesidad de proteger la salud de los menores de las decisiones erróneas de sus padres, influenciadas por creencias pseudocientíficas. «¿De la salud de los menores quién se debe ocupar?», se pregunta Bassetti, abogando por una mayor orientación hacia la medicina oficial para evitar que las personas caigan en manos de charlatanes.
La noticia apareció en el periódico local il Giornale di Vicenza, pero ha tenido de inmediato trascendencia nacional, generando una profunda reflexión médica, ética y social. Rossana Berardi, oncóloga de la Universidad Politécnica de las Marcas, resalta que el rechazo a las terapias en enfermedades graves, especialmente cuando afectan a niños o adolescentes, es una decisión difícil de entender y aceptar. Al Corriere della Sera la profesora Berardi manifiesta que «en medicina, es bien sabido la importancia central del principio de autonomía, pero cuando se trata de un menor, el consentimiento informado corresponde a los padres, quienes están llamados a proteger la salud y la vida de sus hijos. Si se pierde este equilibrio —concluye la oncóloga Berardi—, el Estado tiene el deber de intervenir para proteger a quienes aún no tienen plena participación en la decisión de su propio destino».
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