Suscríbete a
ABC Cultural

lo moderno

El Papa que nunca existió

El valor de esta obra del barón Corvo radica en su ambigüedad. Es una rareza inclasificable

Frederick William Rolfe (Londres, 1860-Venecia, 1913), conocido como el barón Corvo, en su casa de la ciudad de los canales
María José Solano

Esta funcionalidad es sólo para registrados

«Hijos míos, antes de ceñirme la tiara, viví —como pocos han vivido— la humillación de ser excluido, ignorado, malinterpretado por los doctos que presumen de sabiduría, pero carecen de discernimiento espiritual. Mas el Altísimo quiso que yo, sacerdote proscrito por la jerarquía anglicana y ... despreciado por la romana, fuese llevado hasta el mismísimo corazón del misterio: el cónclave. ¡Qué espectáculo, ese teatro sagrado donde las almas se venden con votos y las verdades se enmascaran con incienso! Los cardenales, hombres venerables en apariencia, no eran sino piezas de un ajedrez mundano, temerosos del cambio, aferrados a su cómoda mediocridad.

Artículo solo para suscriptores

Esta funcionalidad es sólo para suscriptores

Suscribete
Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación

OSZAR »