Un analista de Inteligencia: «Para Israel, la postura de España es una traición»
Al Gobierno israelí le dan igual las balas. Lo que no tolera es que rompamos el contrato «porque la empresa es judía»
La ruptura con Israel afectará a la operatividad del Ejército

«Con los únicos que no me quiero llevar nunca mal es con los israelíes», explica a ABC un veterano del mundo de la Inteligencia. «Ellos entienden sus relaciones internacionales como un todo, de modo que no hacen distinciones entre ciberseguridad, defensa, inteligencia... Es un ... paquete completo, lo tomas o lo dejas. Pero son muy conscientes de las capacidades de cada uno de sus interlocutores, de modo que saben cómo presionar», añade. Y pone como ejemplo el programa Pegasus: «El repositorio último de información está en Israel, así que la última llave la tienen ellos». Por eso el Gobierno de Netanyahu puede decir, sin ser una bravata, que el Ejecutivo de Pedro Sánchez, con sus últimas decisiones, «juega con la seguridad» de España.
Hay otro elemento en esta crisis, no menor: «Israel no es sólo la gente que vive allí; el estado de Israel también lo integran todos los judíos que hay en el mundo, que tienen un poder extraordinario», explica la misma fuente. «Si el Estado israelí se siente atacado, todos se sienten atacados», advierte.
Otro analista consultado por ABC incide en esta misma líneas. «El 30 o 35 por ciento de la población judía, incluyendo los de la diáspora, es de origen sefardí y ven a España como la madre patria. Lo que sienten ahora es que les hemos traicionado, y ese es un sentimiento muy peligroso cuando se habla de relaciones internacionales». «Israel está muy enfadada no por el detalle de la empresa, porque va a seguir vendiendo en todo el mundo, y en todo caso es un problema suyo; lo que no pueden aceptar es que se rompa el contrato por ser una empresa judía».
«Ya cuando Pedro Sánchez viajó a Gaza y tuvo el encontronazo con Netanyahu –continúa esta fuente– uno de sus ministros utilizó la misma frase que cuando hablan de la Shoa, del Holocausto, y dijo algo parecido a 'no olvidamos'... Ya entonces fue muy preocupante, y ahora la situación ha empeorado».
Líbano, en el punto de mira
La gran incógnita ahora es cómo va a afectar esta crisis a España en el ámbito de la defensa. Como ya informó ayer ABC, la operatividad de las Fuerzas Armadas quedará afectada y también empiezan a verse consecuencias en el ámbito de las relaciones entre los servicios de inteligencia: «Israel no va a dejar de alertar a España de cualquier peligro para su seguridad», explica el analista, «porque si España no tiene problemas en esa materia, Israel también será más seguro».
Sin embargo, hay un elemento en que ese deterioro de relaciones es más delicado: en Líbano. «Allí la misión militar española está en una situación mucho más vulnerable desde el punto de vista de la seguridad, porque no parece que Israel vaya a implicarse demasiado en ella». El primer aviso se tuvo en enero de 2015 cuando murió el cabo español Francisco Javier Soria Toledo, que cayó en la frontera entre Líbano e Israel bajo el fuego de artillería de este último país, que respondía a un ataque de Hizbolá.
«En un momento en el que las armas son de una enorme precisión, aquel suceso fue muy significativo», explica la fuente. El Gobierno de Israel pagó 220.000 dólares a la familia de la víctima como indemnización.
En torno al 30 por ciento de la población judía es de origen sefardí y considera a España la madre patria. De ahí la conmoción
El aspecto económico de la crisis tampoco es menor. Por una parte está la previsible indemnización a la empresa israelí que tendrá que afrontar España por la ruptura unilateral del contrato –se intenta que se quede en un 6 por ciento del importe, pero podría llegar al 35 o 40 por ciento– y por los gastos que deberá afrontar para impedir que se pierdan capacidades militares por no contratar con las empresas israelíes.
«Cuando se hace una compra se analiza todo, y entre aquellos que cumplen los requisitos se elige la oferta más barata», explica una fuente militar. El que se excluya a las empresas israelíes disminuye la oferta y los costes suben, añade, aunque concluye: «El primer escalón de cualquier plan es conseguir que todas las unidades sean plenamente operativas, tanto en medios humanos como materiales. Y estamos muy lejos de eso».
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