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Un estudio apunta a que el Poyo no fue el causante principal de la riada e influyeron otros dos barrancos

Las precipitaciones en tromba empezaron a caer en Horteta y Gallego, según el informe de la Universitat de València, Avemet y Aemet

La juez de la dana cita como testigo a un alto cargo de Aemet y rechaza imputar a alcaldes por «no tener información»

Vista general del Barranco del Poyo lleno de escombros y lodos tras la dana, a su paso por la localidad valenciana de Catarroja REUTERS

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VALENCIA

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Un informe de la Universitat de València, Avamet y Aemet resta trascendencia al Barranco del Poyo como desencadenante crucial de la riada por la dana y apunta a la influencia que pudieron tener sus «hermanos menores» de Horteta y Gallego.

Los especialistas que han elaborado este informe plantean dos hipótesis principales, pero sostienen que «lo que seguro no ocurrió es que la responsabilidad principal fuera de las cabeceras de Poyo».

El artículo, que se publicará en 'Investigaciones Geográficas' de la Universidad de Alicante y del que ha trascendido un avance, se señala que, desde el primer momento, en la reconstrucción que se está llevando a cabo de la riada del 29 de octubre de 2024 se focaliza sobre esta rambla la atención.

Pero el Poyo, advierten estos expertos en su texto, tiene cerca esos barrancos de Horteta y Gallego: el primero confluye con el Poyo en Torrent, justo antes del punto apical del gran abanico aluvial en el que se produjo la riada.

La riada fue «tan grande» que en esta ocasión se desbordó ya desde este punto, inundando toda la llanura, tanto al norte como al sur del barranco«. Su magnitud se ha extrapolado desde el aforo del Poyo en el Pla de Quart, que llegó a registrar 2.283 m3 /seg, antes de romperse a las 18:55.

El artículo apunta que se ha llegado a hablar de picos de más de 2.500 m3 /seg en algún instante y se ha dado a entender, con ello, que el responsable principal y casi exclusivo era el Poyo. «Pero tanto el barranco del Gallego, como el de Horteta, aportan sus aguas a Poyo después del aforo, y su caudalno pudo ser medido», defienden los expertos.

Y plantean «¿Quién golpeó primero? Y ¿cómo fue el golpe de estos barrancos? ¿Sumaron sus aguas al pico de crecida de la rambla de Poyo, o tuvieron una vida hidráulica propia en la génesis de la riada?».

Reconstruir la inundación con un modelo hidráulico

Ante estas preguntas, aseveran que el único modo de intentar acercarse a lo que pasó es reconstruir la riada con un modelohidráulico alimentado con precipitaciones que tengan la máxima desagregación temporal posible. Estas, además, deben ser contrastadas rigurosamente, pues hubo muchos «fallos de registro» durante la jornada en las estaciones automáticas.

Los especialistas precisan que el simple análisis de la temporalidad y distribución espacial del volumen de las precipitaciones permite elaborar «hipótesis bastante fiables».

En el estudio que están llevando a cabo sobre la evolución horaria de las precipitaciones del día 29 de octubre, aparecen ya algunas «ideas claras», como que los aportes de precipitación de 16 a 19 horas en la parte de cuenca aguas abajo del aforo durante la segunda riada del Poyo, la catastrófica de la tarde, son mayores que los caídos en la parte de cuenca aforada.

También que la precipitación comenzó a caer con fortísimos volúmenes en las cuencas de Horteta y Gallego al menos una hora antes de hacerlo en las cabeceras de Poyo. Sólo la parte baja de la cuenca aforada, la que se extiende tras la confluencia de los barrancos Grande y Chiva en Cheste, tuvo un comportamiento similar al de la parte no aforada, pero sus aportes no llegan a alcanzar ni un tercio del total, apostillan.

Otra cuestión es que los aportes pluviométricos horarios de la parte aforada tienen dos picos temporales, a las 18 y a las 20 horas, momento este último en el que las lluvias en las cuencas de los barrancos Grande y Chiva ya fueron claramente mayores que los del resto de la cuenca.

En conclusión, ponen de manifiesto que pudo haber pasado que quien «golpeó» primero fuera Horteta «con la ayuda de Gallego, el hermano más pequeño, y luego llegase el agua de la parte baja de la cuenca de Poyo, el hermano mayor y quien se está llevando la mala fama de la responsabilidad». La llegada de estas aguas del Poyo, además, tuvo una «dificultad añadida», pues parte de ellas derivó hacia el NE y saltó a la cabecera de la rambla de Saleta.

En todo caso, resumen, solo caben dos soluciones: o se juntaron los picos de Horteta, Gallego y parte baja de Poyo (la que rompió el aforo con 2.000 m3 /seg), y entonces la riada pudo triplicar o más esta cantidad, o golpeó primero Horteta y seguidamente lo hicieron Gallego y Poyo, con una cierta laminación del pico de crecida«.

«Lo que seguro no ocurrió es que la responsabilidad principal fuera de las cabeceras de Poyo, cuyos grandes aportes fueron más tardíos y más alejados del punto apical del abanico aluvial», aseveran.

Los firmantes de este análisis son Alejandro J. Pérez Cueva (UV), Rafael Armengot Serrano (Avamet), Ghaleb Fansa Saleh (UV), José Ángel Núñez Mora (Aemet) y Adrià Revert Ferrero (Avamet).

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