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Legislar con perspectiva de familia, asignatura pendiente... y urgente

Con motivo de la cercanía del Día Internacional de la Familias (15 de mayo) varios expertos señalan las medidas pendientes para fortalecer la institución familiar

«Las mujeres no podemos esperar, debemos actuar para poder trabajar y estar con nuestros hijos»

«He luchado mucho, pero hoy me siento plena por disfrutar con mis hijos sin estar sujeta a horarios laborales»

Laura Peraita

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El Día Internacional de las Familias se celebra cada 15 de mayo desde 1994 como propuesta de la Asamblea General de las Naciones Unidas (A/RES/47/237). Esta iniciativa se creó con el propósito de resaltar la importancia que la comunidad internacional otorga a esta institución en la sociedad. «Se trata de una ocasión para promover la concienciación sobre el papel fundamental de las familias y promover políticas que fortalezcan su bienestar», reconoce a ABC María José Olesti, directora general de la Fundación The Family Watch, Instituto Internacional de Estudios sobre la Familia.

Asegura que en este 2025 se refuerza la necesidad de implementar políticas públicas que apoyen a las familias y puedan responder eficazmente a los numerosos desafíos a los que se enfrentan, «abordando asuntos como la transformación tecnológica, los desafíos demográficos, la urbanización, la migración, el cambio climático y qué impacto tiene todo ello en el bienestar familiar».

En su opinión hace falta que la familia esté en el centro de las decisiones políticas y, para ello, «seguimos solicitando que se legisle de manera vinculante con 'perspectiva de familia', para que a través de un Informe de Impacto Familiar, se pueda medir de qué manera les afecta el hecho de implementar una norma o modificar una ya establecida».

Señala, además, que el preocupante aumento de la pobreza en España, «exige la implementación de ayudas directas por hijo a cargo que mejoren la calidad de vida de los hogares».

Esta celebración supone para Olesti, «una oportunidad de crear conciencia sobre los importantes desafíos que tienen las familias en la sociedad actual», entre los que destaca: los retos demográficos; el trabajo digno a través del equilibrio empleo-familia, conciliación y corresponsabilidad; la inclusión social unida a la solidaridad intergeneracional y el deterioro de la salud mental.

Tampoco olvida el papel fundamental de los progenitores en la educación de los hijos desde su primera infancia y en la formación de futuros ciudadanos. «Por ser la gran escuela de humanidad, la familia necesita que se le ayude, fortalezca y se mantenga alejada de los vaivenes ideológicos y políticos. Sólo así podrá ayudar al progreso de nuestra sociedad».

Para Roberto Martínez, director global de la iniciativa efr, este 15 de mayo se celebra en un escenario complejo y de incertidumbre en lo político, social y económico. Considera que la institución familiar continúa siendo la forma de organización social por excelencia y la más valorada en la mayoría de países, «pero se enfrenta a importantes retos». Entre los fundamentales, destaca el alto coste de la vivienda y con ello el retraso en la emancipación de los hijos; la baja natalidad y el envejecimiento de la población; la reducción del tamaño de la familia y con ello la dificultad de prestar cuidados, en especial a personas dependientes; las altas tasas de desempleo juvenil y los crecientes problemas de ansiedad, estrés y depresión entre los más jóvenes; el alto índice de separaciones y divorcios, lo que genera la inestabilidad de los más pequeños y nuevas dificultades económicas, además de la complicación, o incluso ausencia, de conciliación en los empleos, lo que repercute transversalmente en todas las anteriores, actuando como una causa común.

Soluciones concretas

Apunta Roberto Martínez, que estos desafíos deben ser enfrentados por la mayoría de familias en nuestro país. «Exigen soluciones concretas que van mucho más allá de las propuestas legislativas que estamos observando. Es preciso recordar –matiza– que en España las ayudas directas a la familia continúan por debajo de la media europea. Por tanto, la familia, y en especial en aquellas con dependientes en su seno, deberían recibir más recursos de los poderes públicos en contraprestación al decisivo papel que desempeñan en la sociedad».

Desde la Federación Española de Familias Numerosas (FEFN) destacan la importante función social de la familia como elemento de cohesión social y motor económico para construir una sociedad mejor, como escuela de valores, donde se forman las personas y se adquiere todo lo necesario para vivir en sociedad.

Con este objetivo, consideran especialmente importantes dos medidas: una dirigida a todas las familias, la prestación universal por hijo a cargo, y otra, enfocada a las familias numerosas, que cumplen una función especial y deben ser reconocidas por la contribución añadida que hacen a la sociedad a través de sus hijos. Por este motivo, solicitan que se incluya la perspectiva de número en todas las políticas de familia e infancia; es decir, que se compute a todos los hijos en todas las ayudas y prestaciones.

Esta entidad lleva tiempo denunciando que muchas de ellas, como la prestación por desempleo, el Ingreso Mínimo Vital o el Complemento de Infancia, sólo tienen en cuenta 2, 3 o 4 hijos a la hora de establecer las cuantías o los límites de renta, lo que, según José María Villalón, presidente de la federación, «supone una discriminación de las familias con más hijos a la hora de recibir estas ayudas y una merma de oportunidades para estos hijos que no se tienen en cuenta».

Discriminación

Manifiesta a ABC su petición de «acabar con esta discriminación reconociendo a todos y cada uno de los hijos en todas estas prestaciones, incrementando límites y cuantías por cada uno de ellos, porque todos tienen necesidades y todos deben ser computados a efectos de cualquier ayuda».

En este sentido, también defiende la prestación universal por hijo, que ya tiene la mayoría de los países de Europa, como medida con la que «se reconoce y compensa económicamente a las familias por el capital humano que aporta de una forma directa y justa por cada hijo, desde el primero hasta el último, entendiendo que son un activo para la sociedad».

Además, según la FEFN, la prestación universal, ayuda mensual directa por cada hijo hasta los 18 años, está destinada a garantizar los gastos de crianza y, al no estar limitada por alquiler, llega a todos los niños, sea cual sea la situación de su familia, para que todos tengan cobertura. Por ello, José María Villalón apunta que «es una medida de política familiar, pero sobre todo de protección a la infancia, ya que permite que todos los niños tengan las mismas oportunidades a la hora de crecer, educarse y desarrollarse».

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