
La vida violenta de los hombres de Atapuerca
Los investigadores han elaborado un extenso catálogo en el que se recogen todas las modificaciones óseas sufridas por los veinte individuos de la Sima de los Huesos antes, después y en el momento de su muerte
GuardarNo hay duda de que los yacimientos de fósiles son auténticos tesoros de información. El hallazgo en 2010 de un pequeño fragmento del dedo de una niña, por ejemplo, bastó para descubrir a los denisovanos, una especie desconocida hasta aquel momento y cuya importancia sólo ahora está empezando a conocerse. A pesar de ello, hay algo que la inmensa mayoría de los yacimientos no puede revelar.
La relativa escasez de restos, en efecto (no más de uno o dos individuos en cada sitio de excavación, a menudo representados sólo por algunos fragmentos óseos aislados), no permite conocer aspectos importantes de las sociedades a los que esos individuos pertenecieron. ¿Cómo se relacionaban entre ellos? ¿Cuál era la jerarquía social? ¿Qué enfermedades predominaban? ¿Eran violentas las relaciones dentro del grupo? ¿Y con otros grupos de humanos? Ese tipo de estudios han estado siempre fuera del alcance de los investigadores. Hasta que llegó Atapuerca.
En este episodio de Materia Oscura, hablamos de un estudio pionero llevado a cabo por los paleontólogos Noemi Sala y Ana Pantoja-Pérez, del Centro Nacional de Investigación sobre la Evolución Humana (CENIEH), junto a Ana Gracia, de la Universidad de Alcalá y Juan Luis Arsuaga, de la Universidad Complutense y co-director de los yacimientos de Atapuerca. En un artículo publicado hace unos días en The Anatomical Record, los investigadores han elaborado un extenso catálogo en el que se recogen todas las modificaciones óseas sufridas por los veinte individuos de la Sima de los Huesos antes, después y en el momento de su muerte.
