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La inmersión lingüística a la catalana en Valencia naufragó: las familias eligen para los hijos su lengua materna

La primera votación de los progenitores y sus preferencias en la matriculación reflejan el mapa de zonas castellanohablantes o valencianohablantes pese a la política anterior de Compromís y Puig

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Mapas con el número de aulas en valenciano en Infantil sólo en las zonas de predominio de esta lengua, difundidos por Famílies pel Valencià ABC
José Luis Fernández

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La inmersión lingüística en valenciano inspirada en la catalana durante los dos mandatos de Ximo Puig al frente del Gobierno autonómico y dirigida por Compromís naufragó, a la vista de las preferencias de las familias tanto en la primera votación como en sus preferencias para escolarizar a sus hijos.

Si se tiene en cuenta esta elección idiomática para la enseñanza en las aulas, se aprecia nítidamente el mapa de las zonas de predominio valencianohablante o castellanohablante, por lo que los progenitores optan por la lengua materna como base (vehicular) para la enseñanza. Eso no quita para que ambas se utilicen en otras materias y, por supuesto, sean asignatura obligatoria de lengua.

La única distinción o agravio -y no es nueva- estriba en que los padres pueden pedir la «exención» de que el alumno se examine de valenciano si vive en una zona declarada castellanohablante, aunque sí tiene que ir a clase y participar para adquirir conocimientos. Es más, el conseller de Educación, Cultura, Universidades y Empleo, José Antonio Rovira, ha recomendado en varias ocasiones que nadie haga uso de ese derecho de dejar a su hijo exento de evaluarse.

Y para convencer más, ha impulsado el título o certificación automática del valenciano para quienes completen la escolarización, incluso con el C1 en el caso de tener un 7 o más de nota media en los dos cursos de Bachillerato.

En cualquier caso, la consulta telemática a las familias realizada entre febrero y marzo para Primaria y Secundaria reflejó unas proporciones muy ajustadas, casi un «empate» con un 50,53% a favor del valenciano frente a un 49,47% por el castellano.

Aparte del dato global y con el matiz de más de un 40% de abstención, la realidad se mostró heterogénea, con un 83,07% de votos por la lengua común a toda España en la ciudad de Alicante, un 63,86% en Valencia y, en cambio, un 38,1% en Castellón.

Polémica en Alicante

Precisamente en la capital del sur, la semana pasada se reavivó la polémica porque el Ayuntamiento aprobó solicitar a las Cortes Valencianas el cambio de categoría de zona de predominio valencianohablante a castellanohablante, por reflejar el uso mayoritario de su población. No obstante, la oposición de izquierdas, la Acadèmia Valenciana de la Llengua (AVL) y entidades nacionalistas y de diferentes sectores mostraron su rechazo, incluso con una manifestación en la que estaban presentes dirigentes de Compromís.

En el resto de los territorios, se aprecia similar disparidad entre la provincia de Castellón (valencianohablante) y el sur de la de Alicante y el interior de Valencia, castellanohablantes.

El otro test a la llamada «normalización lingüística» impulsada por este partido desde la Conselleria, entre 2015 y 2023, se ha podido ver en la matriculación en Infantil, en mayo, donde de nuevo hay pocas variaciones entre el idioma que se habla en los hogares y lo que se pide para las aulas.

Aunque desde Famílies pel Valencià se ha realizado una lectura de los datos con la conclusión de que en un 56% de las aulas se impartirá la enseñanza en esa lengua vehicular frente a un 44% en la otra, ese balance se circunscribe a las zonas valencianohablantes.

De nuevo, hay igualmente disparidades y no sólo geográficas, porque esas proporciones se invierten drásticamente en el caso de la enseñanza concertada, donde el valenciano baja al 23%. Desde esta asociación, consideran estos datos «muy positivos, porque demuestran que la gran mayoría de las familias valencianas apuestan porque sus hijos e hijas puedan estudiar en valenciano». No obstante, más que inmersión, se diría que se ha producido un mantenimiento, una reafirmación de quienes ya utilizaban usualmente este idioma.

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