En observación
No os preocupéis, que es en toda la calle
La desaparición de quince gigavatios, el evento, el chispazo y el apagón. El lenguaje es una herramienta de distorsión
Begoña, 5; David, 30
A ver, niño, ¿qué es un autócrata para ti?
Rebobinando, que ya tenemos luz: estamos a cien días de la toma de posesión de Donald Trump, a ochenta años de la muerte de Adolf Hitler, a medio siglo del alto el fuego en Vietnam y, a lo que vamos, a justo un día desde ... que se fundieran los plomos de Red Eléctrica. Se cumplen a las 12:33 de este martes veinticuatro horas exactas del apagón que no solo dejó a España a dos velas, sino con esa cara que uno se le pone cuando le preguntan por una calle que no conoce en su propio barrio. ¿Qué pasó? Que se fue la luz. «No es preocupéis, que es en toda la calle», dijo el capitán del barco cuando se quedaraon a oscuras en medio del Pacífico. «¿Quién maneja mi barca, que a la deriva me lleva?». Esto es de Remedios Amaya, pero también sirve para hacernos una idea de nuestro grado de invidencia, física o figurada.
Veinticuatro horas después del apagón, seguimos a oscuras, a tientas. El director de operaciones de Red Eléctrica habla de eventos compatibles con la perdida de generación. Lo del 'evento' ya estaba tardando en salir; lo de 'compatible con la pérdida de generación' es un copia y pega del certificado oficioso de defunción que hace décadas acuñó el Samur cuando en caso de accidente decía por la tele aquello tan triste y rebuscado de 'incompatible con la vida', sustitutivo del tradicional 'mortal de necesidad'.
La desaparición de quince gigavatios, el evento, el chispazo y el apagón. El lenguaje es una herramienta de distorsión, especialmente recomendable para subirse a la parra en caso de crisis sobrevenidas, ya sean naturales, víricas, económicas o mecánicas. Las telemedidas se quedaron congeladas, añaden los técnicos de Red Eléctrica para aclarar aún más lo sucedido. Teniendo en cuenta que en la esfera gubernativa no se pueden utilizar, por causas de fuerza mayor, las palabras enchufe y empalme -la primera por el hermano de Sánchez y la segunda por Ábalos- vamos camino de no enterarnos de nada. Podemos estar tranquilos. Ha sido en toda la calle y tampoco vamos a preocuparnos. Ya volverá la luz, aunque no nos enteremos por qué se fue ni quién tuvo la culpa. A la gente le das generación y telemedidas para cargar el móvil y se le olvida todo. Un evento de tantos.
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