Un turista ruso muere por un ataque de un tiburón y otro fallece ahogado tras ser arrastrados por la corriente cuando buceaban en Filipinas
Viajaban con un grupo que iba a bucear a la isla Verde, el resto de personas pudieron ser rescatadas horas más tarde
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Las vacaciones de una familia rusa han acabado en una auténtica tragedia. Dos turistas rusos fueron hallados muertos, uno de ellos en las fauces de un tiburón después de que una fuerte corriente los separara de su grupo en la isla Verde, en la ciudad de Batangas (Filipinas).
Cuatro hombres rusos de entre 18 y 57 años estaban buceando este jueves cerca de la zona turística de Batangas, en la isla principal de Luzón, cuando la corriente los separó a ellos y a su maestro de buceo, dijo a AFP el jefe del distrito de guardacostas, Airland Lapitan.
Mientras que tres del grupo pudieron salir a la superficie y regresar al barco, los demás fueron encontrados por los equipos de rescate horas más tarde, según Lapitan, quien dijo que el primer hombre descubierto fue declarado muerto a su llegada a un hospital local.
«El otro fue encontrado sobre las 16.00 y las 17.30 horas y rescatado sobre las 17.00 y las 18.00 horas», explicó. «Cuando los equipos de rescate lo encontraron, estaba siendo arrastrado por un tiburón. Finalmente lo recuperaron, pero le faltaban los brazos».
A Ilya Perigudin (18 años) le faltaban ambos brazos cuando fue rescatado sin vida de unas aguas en las que se veían múltiples tiburones, según un comunicado de los guardacostas. «Sus restos fueron hallados flotando cerca de la costa sin los dos brazos debido a un aparente ataque de tiburón».
La segunda víctima, identificada como M. Melekhov por la agencia de noticias moscovita TASS citando a la embajada rusa, fue hallada aproximadamente una hora antes y declarada muerta a su llegada tras ser trasladada a un hospital local. Eduart Perigudin, su hijo menor Timofy y su maestro de buceo pudieron salir a la superficie y regresar al barco, dijo Lapitan.
Los ataques de tiburones en las aguas que rodean Filipinas son extremadamente raros, no se ha registrado ninguno en al menos un año, según una base de datos mundial. La embajada rusa no respondió inmediatamente a una solicitud de comentarios.
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