UNA RAYA EN EL AGUA
Sospechosos habituales
El presidente indicó desde el primer momento las conclusiones a que deben llegar sus 'independientes' expertos
Despotismo consentido
Maniqueísmo eléctrico
La tardanza en las explicaciones gubernamentales sobre el apagón –una semana hoy– podría entenderse como una saludable cautela a la espera de informes técnicos solventes que necesiten un cierto tiempo. Podría si no fuese porque el propio presidente decidió casi desde el primer momento ... indicar las conclusiones a que deben llegar sus expertos. Y fueron dos: un ciberataque y los «operadores privados», más tarde fundidas en la hipótesis de un ciberataque a los operadores privados, que a continuación recibieron la visita del servicio de inteligencia para buscar datos en sus sistemas informáticos. La tesis más apuntada por los conocedores del sector energético como posible causa del colapso, la de un exceso puntual de generación renovable, aparece así descartada de antemano porque cuestiona la política oficial y sugiere que los avisos emitidos por algunas compañías en los días previos no fueron escuchados. Es decir, porque dificulta la construcción de un relato.
Podemos estar tranquilos al respecto: hay una comisión 'independiente' trabajando en la búsqueda de respuestas. Tan independiente que está compuesta por representantes de varios ministerios y presidida por la vicepresidenta tercera. Éste es el concepto que tiene el Gobierno de la independencia. El mismo que llevó a García Ortiz a la Fiscalía, a Conde-Pumpido y Campo al Constitucional, a Murtra a Telefónica, a Escrivá al Banco de España o a Cani Fernández –ex miembro del gabinete de Moncloa– a la Comisión Nacional de Mercados y Competencia. El que colocó a Juanma Serrano en Correos con el conocido resultado de quiebra de la empresa. El que mantiene a Tezanos en el CIS malversando la credibilidad de sus encuestas. El que envió a la jefa de prensa del Partido Socialista a la presidencia del hipódromo de la Zarzuela. Y, por supuesto, el que desembarcó a Beatriz Corredor, antigua concejal y ministra de Zapatero, al frente de Red Eléctrica.
Quizá ese comité tan autónomo disponga ya de una versión cuando Sánchez acuda esta semana al Parlamento, la única institución que no ha reanudado aún su actividad tras el 'cero' eléctrico. O tal vez ni siquiera eso y el compareciente se limite a señalar a los sospechosos habituales de un desastre ante el que no piensa asumir ningún tipo de responsabilidades. En cualquier caso asistiremos a uno de esos debates simplistas salpicados de mutuos ataques entre un Ejecutivo investido de fe ecologista y una oposición contraria al cierre de las centrales nucleares. Las certezas definitivas sobre la avería, si llegan a aclararse, se conocerán lo bastante tarde para que la opinión pública se halle ocupada en otras prioridades. Al fin y al cabo, si los españoles se tomaron el corte de luz con un civismo elogiable y cuando se restableció la normalidad se pusieron a festejarla en la calle, para qué va a el César a molestarse en explicar nada a nadie.
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