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casa de fieras

La sociedad de la pereza

Nos han acostumbrado a la desmotivación y eso ha derivado en un estado de ánimo que se ha convertido en depresión crónica

Más pena que gloria

Lo que preocupa de verdad a los españoles

Alfonso J. Ussía

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Oscar Wilde acuñó el concepto de «pereza celta», no como una definición peyorativa sino más bien como forma de halago. Se refería el irlandés a la capacidad de las personas de mirar sin prisa, la cualidad de convertir la contemplación en un modo de vida, ... el que se emociona al observar belleza y de padecer, al toque, «una aversión artística a las palabras groseras y las palabras feas», como el mismo definió. Esta tendencia de vivir preocupado por lo que tienes delante es el concepto del 'esteticismo', la base filosófica que desarrolló en vida el genial escritor y que pretende resaltar lo extraordinario del paisaje que somos. Cuando define la procedencia celta de su pereza, Wilde se distingue de una sociedad obsesionada con el trabajo duro, las fábricas, las minas; esa revolución industrial que pintaba de hollín y carbón las caras de sus iguales. Los irlandeses tenían por aquel entonces fama de ser más bohemios, personas inclinadas a vivir parte del tiempo en su imaginación y de ser más proclives a las artes, la poesía o de tener las pretensiones alejadas del rigor industrial dominante en la decadencia victoriana. De todas las perezas posibles, la 'celta' es la mejor porque convierte una debilidad en virtud. Resalta lo bonito del mundo por muy feo que sea el resto.

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